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organizar y poner en marcha una institucionalidad totalmente nueva y asumir una tarea bastante colosal.
Probablemente por lo mismo, por esa natural falta de experiencia, es que creo que se han cometido errores, que se ha profundizado en ciertos temas en desmedro de otros, que fueron determinantes a la hora de iniciar este proceso.
-¿Cómo cuales por ejemplo?
-Yo esperaba un debate en mayor profundidad respecto de la salud como derecho social, del sistema de pensiones, de la protección social, pero siento que existe todavía una deuda con esas materias, que requieren especial cuidado y claridad.
Lo que hay que tener muy claro es que cuando aprobamos en el Congreso Nacional la reforma constitucional que habilitó el proceso constituyente, se hizo para posibilitar que el país saliera de una crisis política muy grave; en lo fundamental, removiendo algunas trabas que existen en la actual Constitución y que han impedido aprobar normas que la ciudadanía espera largamente, por ejemplo el quórum de los 2/3, el Tribunal Constitucional, el Estado subsidiario y otros.
-En su opinión ¿cómo debería ser el texto de la nueva Constitución?
-La nueva Constitución debe ser un texto que establezca los derechos fundamentales. No todos los derechos tienen ese carácter; debe ser la ley la que luego vaya regulando aquellos otros derechos que no tienen carácter fundamental, que son discutibles dentro de la sociedad y que deben ser resueltos por la ley.
-Hace unos días el pleno de la Convención eliminó definitivamente la figura del Senado, ¿qué le parece esta decisión?
-Creo que al debate le está faltando una mirada de largo plazo. Comprendo el entusiasmo de la Convención por proponer cambios "refundacionales" y entiendo su intención de renovar en forma y fondo la política, pero deberíamos ser capaces de garantizar una Constitución que le ofrezca bases al país para los próximos 50 años y no solo que responda a los intereses de la coyuntura.
Tal como lo he planteado anteriormente, me parece un error eliminar el Senado y convertirlo en una cámara regional que, en la práctica, no va a representar debidamente a las regiones y que tendría facultades bastante limitadas.
-También se aprobó la reelección presidencial inmediata…
-En un principio se habló de moderar el poder del presidente. Pero eso no está ocurriendo. Al contrario, ahora vamos a tener una cámara sin contrapesos, un Presidente con posibilidad de reelección y una sub-representación de los territorios regionales.
Si el Mandatario gana la elección y su coalición tiene mayoría de diputados, entonces ese mandatario va a tener mucho más poder que cualquiera en la historia de Chile.
-¿Considera que ambos cambios constituyen un peligro para la democracia?
-No me parece responsable señalar que estos cambios son un peligro para la democracia. La Constitución debería asegurar los mecanismos necesarios para evitar el surgimiento de caudillismos. Es parte de la complejidad de las tareas de la Convención.
Yo espero que no cometamos errores del pasado. Hace ya casi 200 años, en la Constitución política moralista de 1823 se intentó refundar Chile con instituciones ajenas al desarrollo institucional chileno, por supuesto que duró menos de un año y su aplicación fue suspendida entrando Chile en un vaivén de inestabilidad institucional y guerra civil de 10 años hasta llegar a la Constitución de 1833.
-Muchos de los cambios que se plantean para la nueva Constitución, nacen del descontento de algunos sectores de la sociedad ¿Cuál es la autocrítica que hace como ex senador, de la imagen negativa del trabajo del Senado?
-Conozco con detalle las críticas que se le hacen al Congreso, no sólo al Senado y muchas de ellas están basadas en la desinformación y en la simplificación.
No soslayo las responsabilidades que nos caben a nosotros mismos en haber llegado a esta condición de desprestigio, pero creo que el Senado no se merece la caricatura que se ha dibujado estos años en torno a su figura y a su labor.
Es en perspectiva algo parecido a lo que le ocurre hoy a la propia Convención. Se minimizan sus logros, se evidencian en extremo sus errores, se difunden noticias falsas, se exacerban las declaraciones más polémicas de ciertos convencionales y todo eso termina vulnerando la legitimidad de la institución.
Propuestas
-¿Qué propuestas rescata algunas de las planteadas para el borrador de la Constitución?
-Me parece especialmente relevante el artículo que declara a Chile como "Estado Social y Democrático de Derecho", es decir que el Estado sea activo y no solo subsidiario al momento de facilitar nuevas y mejores condiciones para el desarrollo individual y social.
También considero, positiva la introducción de conceptos modernos como; la protección a los consumidores, la educación sexual, la reinserción social y la idea de territorialidad. Creo igualmente que la incorporación de la variable ambiental es destacable. El desarrollo no puede ser enemigo de la naturaleza, al contrario, debe compatibilizarse con una economía circular y sustentable. Otro aspecto que me parece positivo es el plan de salud universal. El estado no debe seguir subsidiando al privado en materia de salud. Si estamos en un Estado de Derecho, es el Estado el que debe preocuparse de la salud de los chilenos. Estoy muy de acuerdo en potenciar y otorgar mayores recursos a la salud pública.
-En este escenario ¿cómo proyecta el plebiscito?
-La gran mayoría de los chilenos respaldó la idea de construir una nueva Carta Magna. Somos muchos los que defendemos este propósito porque lo creemos necesario. En mi caso, desde el Senado defendí este proceso con argumentos y con mi voto favorable en todas las reformas que lo hicieron posible.
Ello, sin embargo, no puede limitarnos a la hora de expresar críticas, dudas o cuestionamientos, porque el interés es que la Constitución nos represente y acoja a todos, incluso con nuestras diferencias.
-¿Votará apruebo en el próximo plebiscito de salida?
-La campaña del Rechazo es fuerte y sumada a los errores forzados de algunos convencionales, genera un ambiente de incertidumbre que es necesario enfrentar con una campaña muy clara que otorgue seguridad y confianza a la población.
Este será un plebiscito obligatorio, y movilizará a sectores de la población que probablemente no participaron ni en el plebiscito de entrada ni en la elección de los constituyentes. Eso significa que el 80% del Apruebo de hace un par de años no es necesariamente determinante de lo que ocurrirá en septiembre. Hay que trabajar duro para lograr el cambio constitucional que la sociedad chilena espera.
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"En un principio se habló de moderar el poder del presidente. Pero eso no está ocurriendo. Al contrario, ahora vamos a tener una cámara sin contrapesos, un presidente con posibilidad de reelección y una subrepresentación de los territorios regionales".
8 años formó parte del Senado, el socialista Rabindranath Quinteros, quien dejó la Cámara Alta hace poco más de un mes.
2012 es el año en que dejó la alcaldía de Puerto Montt para preparar su primera campaña senatorial.
10.95 por ciento de los votos obtuvo el ex alcalde de Puerto Montt en los comicios senatoriales del año pasado.