Indignación global: canciller ruso dijo que Hitler "tenía sangre judía"
GUERRA. Serguéi Lavrov comparó al líder nazi con el presidente de Ucrania, causando un rechazo diplomático transversal, desde la Comunidad Europea hasta Israel.
Agencias
El Gobierno de Israel convocó ayer al embajador de Rusia en ese país para manifestar su indignación por las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, quien afirmó que, al igual que el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, Adolf Hilter "también tenía sangre judía", una vieja teoría conspirativa que se vale del desconocido abuelo paterno del exlíder nazi.
En una entrevista de casi 50 minutos emitida el domingo en el canal italiano Rete4, la primera en un medio europeo desde que se inició la invasión rusa el 24 de febrero, Lavrov aseguró que la misión de la invasión rusa es "desnazificar" Ucrania y, al ser cuestionado sobre los orígenes judíos de Zelenski, consideró que el genocida alemán Adolf Hitler "también tenía orígenes hebreos".
"Eso no significa nada. Desde hace tiempo escuchamos al sabio pueblo judío decir que los antisemitas también son hebreos", agregó.
Los dichos de Lavrov generaron indignación global y el primero que condenó las "graves declaraciones" de su homólogo de Rusia fue el jefe de la diplomacia israelí, Yair Lapid, quien lamentó que "los comentarios del ministro de Relaciones Exteriores Lavrov son una declaración imperdonable e indignante, así como un terrible error histórico", sostuvo tras pedirle al embajador ruso en Israel "una reunión de aclaración".
Lapid añadió que "los judíos no se suicidaron en el Holocausto. El nivel más bajo de racismo contra los judíos es acusar a los propios judíos de antisemitismo".
"escandaloso"
Por su parte, el vicepresidente de la Comisión Europea Margaritis Schinas, condenó la "inaceptable" y "escandalosa" afirmación del ministro ruso: "Estos comentarios perpetúan la escandalosa narrativa sobre la 'desnazificación' de Ucrania, son objetivamente falsos, distorsionan y trivializan el Holocausto, el genocidio de seis millones de judíos", dijo en su cuenta oficial en Twitter.
Para el político griego, cuya responsabilidad en la Protección del Estilo de Vida Europeo incluye el judaísmo, "cualquier intento de convertir a las víctimas de la Shoah en perpetradores es inaceptable".
Para el Gobierno de Ucrania las declaraciones de Lavrov son un reflejo del antisemitismo ruso y un intento de justificar el asesinato masivo de ucranianos, ya que el titular de Exteriores "no pudo ocultar el arraigado antisemitismo de las élites rusas", escribió el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, en Twitter.
"Sus aberrantes comentarios son insultantes para el presidente Zelenski, Ucrania, Israel y el pueblo judío. En un sentido más amplio, sus palabras demuestran que la Rusia moderna está llena de odio hacia otros pueblos", agregó.
Por otro lado, el asesor de la Presidencia ucraniana Mijailo Podolyak señaló también en la misma red social, que "las declaraciones abiertamente antisemitas de Lavrov, acusando a los judíos de la II Guerra Mundial y del Holocausto, son una prueba más de que precisamente Rusia es la sucesora de la ideología nazi".
Agregó que "al tratar de reescribir la historia, Moscú simplemente busca argumentos para justificar los asesinatos en masa de ucranianos", citado por la agencia Unian.
A su vez, el jefe de la Oficina de la Presidencia ucraniana, Andriy Yermak, afirmó en Telegram que "el antisemitismo de Rusia es cada vez más evidente" y que "ya no se esconden y lo muestran abiertamente al mundo". Primero atacaron con cohetes el territorio donde se encuentra el Memorial del Holocausto Babi Yar, a las afueras de Kiev, donde se produjo una de las mayores masacres de judíos en la II Guerra Mundial", señaló.
Italia y alemania
A la "propaganda rusa" atribuyó el Gobierno alemán la frase de Lavrov. De esta forma, su vocero, Steffen Hebestreit, la consideró "absurda" y agregó que "es una acción de propaganda, en este caso a través del ministro de Exteriores Lavrov, que no merece más comentario".
Por su parte, el primer ministro italiano, Mario Draghi, dijo que "se ha hablado de entrevista, pero realmente fue un mitín. Hay que preguntarse si es aceptable invitar a una persona que pide ser entrevistada sin ninguna contradicción" .