Guionista de "Grey's Anatomy" fingió un cáncer para aumentar la sintonía
SERIE. Elisabeth Finch usó la falsa enfermedad para llegar al equipo de producción y crear capítulos al respecto.
Redacción
Un gran escándalo enfrenta la serie "Grey's Anatomy", una de las más populares de las últimas décadas, luego de que la revista Vanity Fair revelara que la guionista del espacio Elisabeth Finch fingió haber tenido cáncer y basó en esta enfermedad inexistente la historia de más de una decena de capítulos.
De acuerdo con la publicación especializada en temas del espectáculo, en febrero de 2014, la escritora de televisión publicó una serie de artículos en los que relató cómo le diagnosticaron un extraño cáncer en los huesos y su lucha por vencer el diagnóstico.
En total, la guionista escribió cinco columnas ya borradas por el medio. Dichos escritos acabaron conmoviendo a la productora de Shonda Rhimes (responsable de esta serie y otras de éxito como "How to Get Away With Murder", "Scandal" y "Bridgerton", entre otras), quien poco después, le dio un trabajo escribiendo algunos de los casos que la mismísima Meredith Grey (protagonista de "Grey's Anatomy encarnada por Ellen Pompeo) debía resolver.
En menos de cinco años desde su contratación, Finch mostró su historia en la decimotercera temporada. Su terrible diagnóstico fue lo que la impulsó a la fama.
La trágica vida de Finch llevaba diferentes historias trágicas que compartió, como la espera por el trasplante de riñón que necesitaba, la decisión sobre realizar o no un aborto en medio de su quimioterapia, la muerte de una amistad en un tiroteo, cuyos restos debió limpiar, entre otras historias que conmocionaban al equipo.
Vuelco total
Vanity Fair asegura que todo cambió en febrero de este año, cuando Shonda Rimes lanzaba "Inventando a Anna", una serie centrada en la estafadora Anna Delvey.
Entonces, la reina de las series recibió un correo electrónico de la exesposa de Finch, Jennifer Beyer, en la que le contaba que la escritora se había dedicado a mentir y ya era hora de dejar de darle tribuna.
Según revela la revista, durante las sesiones de escritura, cada uno de los miembros del equipo creativo compartía historias íntimas que podrían servir en la ficción y cuando Finch hablaba, se tomaba todo su tiempo para poder contar sus historias.
"Todos lo toleramos porque pensamos que podría estar muriendo. Estas podrían ser sus últimas palabras", compartió a Vanity Fair uno de los escritores del drama.
Los episodios más fuertes de su enfermedad coincidían con los plazos de entrega de sus guiones. En esos momentos, otro escritor se quedaba con la misión de relevarla, pese a que la autora "mostrara poco interés por devolver el favor", añadió la fuente.
De acuerdo al reportaje, apenas el cáncer surgía como un posible argumento, "Finch se apoderaba del terreno. Había otros dos sobrevivientes de cáncer en la habitación, pero ella era la que vivía con él".
Incluso recordaron cómo fue el proceso creativo cuando Finch decidió que su letal cáncer fuera parte del diagnóstico de Catherine Avery, en la temporada 15. Al final, Finch estuvo a cargo de ocho capítulos sobre cáncer.
Poco después, su interés se enfocó en Jo Wilson. Fue entonces que aseguró tener una historia basada en la vivencia de una amistad: tras conocer a una paciente víctima de violación, Jo comienza a confrontar su propio pasado y se dio cuenta de que nació producto de una violación.
Tras la revelación, el equipo habló de la necesidad de que Jo ingresara a un recinto psiquiátrico para lidiar con su trauma. Poco después, Finch afirmó sufrir un trastorno de estrés postraumático por la pérdida de su amistad en un tiroteo, por lo que pidió seis semanas de licencia. Así, afirma el medio, la escritora se registró en una clínica de salud mental bajo el nombre Jo.
¿Cómo lo inventó?
De acuerdo con el relato de la revista, la madre de Finch sí tuvo cáncer y lo que sabía la guionista de la enfermedad se basaba en la experiencia de haberla acompañado y cuidado. Pero ella decidió usar la enfermedad como propia: se trataba de un cuadro que afectaba sus huesos y ere incurable.
De hecho llegó a su primera jornada laboral con un pañuelo cubriendo su cabeza y un parche que supuestamente tapaba un catéter por donde se le aplicaban los medicamentos de su quimioterapia.
Ocho años después, tras la denuncia de la exesposa, se le pidió al doctor de Elisabeth Finch que enviara un documento sobre su salud, ante lo cual ella decidió alejarse de la producción. Las razones hoy han generado un escándalo global, porque todo el mundo se pregunta: ¿quién podría inventar algo así para obtener beneficios?