Valoración de rol de los profesores
Hay conciencia acerca del enorme trabajo que cumplen los educadores en el país, en un singular contexto de episodios de violencia pos pandemia. El sistema universitario se ha propuesto ir elevando progresivamente los requisitos para acceder a carreras de pregrado.
Una alta valoración social de la labor de profesores muestra el último Índice Elige Educar 2021 (efectuado junto a Gfk), en el cual esta actividad aparece como la quinta profesión más apreciada en el país luego de los ingenieros, médicos, abogados y enfermeros. Además, el 60% de los encuestados dice que ser docente es "un orgullo"; el 78% afirma que los maestros hacen un aporte a la sociedad; el 52% de las personas estaría interesada o muy interesada en estudiar, o que su hijo lo haga, para ser profesor, y un 44% para ser educadora de párvulos.
Estos datos son evidentemente bastante positivos; sin embargo, contrastan con un bajo nivel de matrículas de las carreras ligadas a educación en los planteles universitarios, hecho que podría estar marcado por las mayores exigencias de ingreso a la educación superior, las cuales se irán incrementando. Desde 2023 se solicitará obtener 525 puntos en las pruebas de admisión, o bien estar en el 20% superior del ranking de notas o estar en el 40% superior del ranking. En 2026, en tanto, aumentará a 550 puntos (percentil 70 o superior), o estar en el 10% superior del ranking de notas, o estar en el 30% superior del ranking. Junto con ello, la Ley de Sistema de Desarrollo Docente consolida las evaluaciones diagnósticas a estudiantes de pedagogía en todas las universidades de Chile.
Mirar estas cifras permite abrir una ventana hacia la realidad de los profesionales de la educación; pero también es necesario recordar que actualmente ellos enfrentan momentos difíciles. La misma encuesta señalada de Elige Educar lo incluye: un 47% de los consultados para el análisis asegura que los trabajadores de la educación no son muy respetados en Chile. Para ello baste ver el nivel de remunerciones o la odiosa práctica de los contratos a plazo fijo.
Lamentablemente, hay evidencias tristes que lo comprueban a diario, especialmente con agresiones vividas en el contexto del regreso a clases pos pandemia; proceso que no ha sido duro solamente para los estudiantes, sino también para las comunidades completas.