Salud mental en adultos mayores
Los largos confinamientos de la pandemia hicieron fuerte mella en la población de adultos mayores del país. La situación de salud mental de los adultos mayores va de la mano con los indicadores de depresión de Chile en comparación con Latinoamérica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el estigma es una de las barreras que existen para tratar de sortear las conductas suicidas en adultos mayores y señala la necesidad de tender manos a las personas en riesgo, de escuchar a quienes sufren la pérdida de un ser querido y, en el caso de los adultos mayores, atender sus problemas de soledad, económicos, de exclusión y enfermedades largas y dolorosas, que se agravaron durante la pandemia.
Un estudio realizado por la Fundación Míranos, con datos de defunciones del Ministerio de Salud desde 2002 hasta 2016, indicó que entre las personas mayores el suicidio ha crecido sostenidamente y que después de los 80 años (cuarta edad) existe una alta tasa de mortalidad por esta causa. En 2015 llegó a 14 casos por cada 100 mil habitantes, con mayor prevalencia en el género masculino, donde tienen una fuerte incidencia una serie de factores que se potencian, como la soledad, los problemas económicos, las depresiones y enfermedades.
Hace una década fue creado Fono Mayor, línea telefónica directa para quienes requieran denunciar, recibir apoyo o asesoría, destinada principalmente a los adultos mayores.
El año 2020 mostró un alza de denuncias, tanto por violencia como por abandono. De un promedio de 10 llamadas al día que se recibían previo a la pandemia, en 2020 se atendió un promedio de 163 diarias. Esto revela la situación que tuvieron que enfrentar los adultos mayores en pandemia, en especial durante los encierros por cuarentena, cuando se les hizo difícil salir, enfrentar el riesgo a contagiarse, y en ocasiones tener una convivencia difícil con sus familiares. Ello se tradujo en el deterioro de su salud mental, con cuadros de ansiedad, depresión o intentos de suicidio. Ese año, de hecho, aumentaron las denuncias sobre violencia o abandono.
Hace unos años, la OMS llamó al Gobierno a adoptar medidas para enfrentar el tema, que convierte a Chile en uno de los países más depresivos del mundo y que encabeza en América Latina las tasas de suicidios, pese a que, por paradoja, lideró por años los ranking sobre bienestar y desarrollo económico en la región.