La inflación está golpeando con dureza y de forma transversal a todos los sectores de la población, la que ha debido buscar fórmulas para hacer frente a las continuas alzas en los precios de productos y servicios, entre los que se incluyen el pago de arriendos o dividendos, transporte, alimentación, vestuario y salud, entre muchos otros.
Esto se ha reflejado en las variaciones que viene experimentado el Índice de Precios al Consumidor (IPC) elaborado por Instituto Nacional de Estadísticas, organismo que hace pocos días informó que el costo de la vida se encareció en 0,9% en junio. Y aunque la cifra estuvo levemente por debajo las expectativas de los expertos, da cuenta que la inflación en lo que va corrido del año alcanza a 7,1%, mientras que en doce meses llegó a 12,5%, la más alta desde 1994.
Lamentablemente el panorama no parece muy alentador, toda vez que el dólar superó esta semana -por primera vez en la historia- los $1.000, lo que generó reacciones políticas y medidas del Banco Central, lo que finalmente ayer derivó en una caída de la moneda norteamericana. No obstante, la incertidumbre continúa impulsada tanto por factores internacionales como internos, por lo que es difícil aventurar qué sucederá a corto y mediano plazo.
Pero más allá de estos números, lo cierto es que la población ha debido ajustar sus presupuestos mensuales, toda vez que hasta el momento no hay indicios, por ejemplo, de una estabilización en los precios de los combustibles, lo que termina impactando en el bolsillo de la gente.
Ante este escenario, es importante que las autoridades apliquen medidas que permitan generar algo más de certeza. En ese sentido, también es importante que estas sean responsables y no se implementen bajo una lógica populista, lo que en definitiva podría incrementar el problema.
Al mismo tiempo, se necesita que la discusión política de cara al Plebiscito de salida también apunte hacia un clima de estabilidad, ya que ese factor también suele tener relevancia en el devenir económico.
Chile y el mundo atraviesan por un complicado momento y es necesario trabajar en cada detalle para salir de él.