Encuestas y opinión pública
En la "espiral de silencio" estaría la causa de la enorme diferencia pronosticada por los sondeos y los posteriores resultados del plebiscito. Hasta ahora, las encuestas son utilizadas frecuemente para ir midiendo la "temperatura ambiente" de la sociedad.
Actores políticos y ciudadanos en general han restado credibilidad a las encuestas de opinión pública que hacen empresas de sondeos y que en forma periódica muestran las variaciones en las preferencias de la ciudadanía. Hay quienes incluso señalan que estas consultas son dirigidas y que no reflejan la realidad.
Por momentos, parece que estuviera en tela de juicio su real nivel predictivo. Sin embargo, con todas las limitaciones que estos estudios pudieran tener, siguen siendo el mejor instrumento para auscultar lo que está pasando en la sociedad. No hay otros medios alternativos que con rigurosidad técnica permitan saber la opinión de los ciudadanos y proyectar su comportamiento.
Las encuestas son herramientas para medir opiniones y percepciones. Se dice que son una foto del momento, pero que va cambiando en la medida en que hay nuevas situaciones. Pese a su valor cuantitativo, hay quienes dicen que las encuestas van más allá de presentar cifras y que influyen en la decisión al ejercer el voto, porque muchas personas optan por seguir lo que dice la mayoría, es decir, se da un "efecto manada". Pese a ser el reflejo de una realidad temporal sobre la tendencia o pensamiento de la sociedad en un tema específico, tienen su peso y en política pueden llegar a convertirse en la última palabra sobre decisiones importantes.
Previo al plebiscito de salida, donde la ciudadanía tenía que pronunciarse si aprobaba o rechazaba la propuesta de nueva Constitución, se realizaron varias mediciones de la opinión pública. Prácticamente todas reflejaban el triunfo del Rechazo, aunque diferían sobre los porcentajes. El promedio situaba la distancia de 10 puntos, e incluso los últimos sondeos anotaban un presunto acercamiento de las cifras. Por ello, resultó una sorpresa que el plebiscito cerrara con un 61,8% para el Rechazo y 38,1% para el Apruebo, con una distancia de 23,7 puntos porcentuales, que ni los más optimistas previeron.
¿Qué sucedió? A juicio de algunas empresas, influyó fuertemente lo que denominan la "espiral de silencio", o voto silencioso de personas que son más cautas o bien indecisas, que no se atreven a expresar su decisión y que en las encuestas se miden como "no sabe o no responde".