Correo
"Humbertitos" en Chile
Es frecuente leer publicaciones y escuchar en entrevistas a las nuevas autoridades de Gobierno, asesores y acompañantes, todos menores de 40 años generalmente, que sus capacidades intelectuales e incluso morales son superiores y más avanzadas que los actuales y ex políticos que representan o representaron a los chilenos hasta que estos noveles, tan especiales y soberbios personajes llegaran circunstancialmente al poder.
Respetan irrespetuosamente nuestros símbolos patrios, visten con tenidas de picnic cuando van a una ceremonia oficial como invitados obligados para los anfitriones por sus altas investiduras, y no por sus méritos personales. Luego, ante la prensa expectante confunden a los escuchas, en los actos patrióticos y de raigambre popular junto a tradiciones republicanas, con manifiestos políticos e innecesarios que a nadie importa e interesa escuchar.
Pero a mi juicio, lo más impactante que ocurre en ellos es que no son capaces de comprender y asumir que los habitantes de esta larga y estrecha faja de tierra somos más cuerdos, responsables y consecuentes, a pesar de no haber tenido las facilidades que ellos y ellas sí aprovecharon y más que aprovechan, al poder estudiar en una universidad, viajar por el mundo en año sabático, sin haber nunca trabajado, lograr becas del gobierno en países europeos y de Norteamérica con máster o doctorados en políticas públicas para países nórdicos que les permiten incluso ocupar cargos en embajadas.
Según lo dicen y pregonan, somos más lentos y no tan inteligentes para seguirles el paso y que lo lamentan mucho, pero que lo "harán igual no más".
Pero como tan bien lo hacía ese actor encarnando a Humbertito, los que necesitan y deben sentarse en la silla frente a la pizarra para que luego de algunas horas logren captar algo de la realidad nacional, no somos nosotros, sino que ellos y ellas, elles y todos, todas y todes, por si se me queda alguno afuera.
Christian Yovane Brahm
Proceso constituyente
"El proyecto que fuere desechado en general en la Cámara de origen no podrá renovarse sino después de un año": señala el artículo 68 de nuestra Constitución. Esta norma, que es parte de nuestra tradición jurídica constitucional (está en las constituciones de 1925 y 1833), y si bien se refiere a una ley, es manifestación de respeto a la soberanía popular y la democracia.
Es razonable, porque permite que las pasiones se enfríen, la mente se aclare, se logren acuerdos pensando en bien común y no en intereses personales o presiones de quien tiene el poder transitorio. Así, no es razonable que el Gobierno y los partidos políticos, al día siguiente del Rechazo de casi ocho millones de chilenos a la mala propuesta, comiencen un nuevo proceso con bases, bordes o principios que se parece demasiado al anterior.
Además, anticipando una vía para saltarse al soberano (nosotros, el pueblo) y para lo que no tienen facultades (dar efecto retroactivo a una modificación a los artículos 135 y 142 de un proceso ya terminado). Eso insulta la soberanía popular y nuestra democracia.
¿Cuál es el camino entonces para una buena y nueva?, la respuesta, para una próxima carta.
Marcos Velásquez Macías
Información sobre votantes
En el sistema electoral vigente existe la posibilidad que los integrantes de una mesa, presidente y vocales, se pongan de acuerdo y minutos antes de cerrar la mesa utilicen los votos disponibles de los que no votaron en falsificar votaciones para favorecer el candidato de su preferencia. La presencia de voluntarios como apoderados de mesa pueden con dificultad detectar y objetar esta falsificación, pero es muy difícil llegar a cubrir todas las mesas.
Una forma más simple y segura para corregir esta vulnerabilidad es que el Servicio Electoral, un tiempo razonable después de la elección, publique en su página web la relación de RUT de los ciudadanos que no votaron, de modo que aquellos que no votaron y no aparecen en el listado publicado puedan reclamar que alguien votó por él y objetar el trabajo de la mesa.
Onofre Torres Colvin
Boric, Teillier y el TPP-11
Para lograr unanimidad en el Senado y así solucionar de una vez el tema del TPP-11, no se necesitan varias, sino sólo una side letter.
En esa carta, Boric le diría a Teillier: "en caso que se dé la situación que te preocupa , me comprometo a llamarte y preguntarte: ¿cómo podemos compensar? ".
José Luis Hernández
"Involución chilena"
El término involución se usa hoy para describir un sentimiento general de frustración, cuando el propósito de competir es eliminar en un juego en que nadie gana. Sin logros significativos, la sociedad desciende en espiral hacia un estado de fricción interna, pero sin expansión, donde el crecimiento de la población no conduce a un aumento de la productividad o a un estado de economía positiva.
En nuestro país es claro que los estratos sociales de menores recursos buscan mejorar su destino; en contraste, las clases media y alta más bien se sienten afectadas por un temor a perder lo que han logrado hasta hoy, en un mercado libre y competitivo. Y eso es fácil de comprobar cuando vemos una juventud ganando menos que su generación anterior con el mismo nivel de educación.
¿Y para dónde vamos con esta involución? Diría que, lamentablemente, a una atomización de la sociedad, donde la lealtad sea sólo para uno mismo; donde se desconozca el valor del sacrificio por los demás y el profundo sentido de la amistad; todo lo anterior independientemente del color político que tengamos. Los resultados están a la vista transversalmente en las redes sociales. Conceptos tales como patria, bandera, hogar, religiosidad, son relegados a una posición casi inexistente porque no contribuyen a superar la suma cero.
Pienso que los chilenos de corazón demandamos evolución y no involución; una mejor calidad de vida, proyección al futuro, respeto por nuestras tradiciones y seguridad. Sólo así creceremos y lograremos un grado de felicidad espiritual y racional que nos ayude a ser cada día mejores y a tener un mejor país.
Gustavo Astorquiza
Prioridades del Gobierno
La seguridad y la economía están haciendo mella en los chilenos, pero el Gobierno se empecina ahora con el aborto. Tienen las prioridades en cualquier lado, menos en la gente.
Esteban Meza