Comercio y delincuencia
Es en este rubro de la actividad económica donde se está sintiendo con particular fuerza el incremento de la victimización. A las cifras conocidas de robos en los locales comerciales hay que agregar el margen relativo a los hechos no denunciados.
El comercio es uno de los sectores más atacados por la delincuencia y junto con afectar a los locatarios en su patrimonio y seguridad, también desalienta la inversión en la ampliación de establecimientos y en la iniciación de nuevos emprendimientos. Y con ello se limita, además, el crecimiento de las fuentes de empleo, con lo cual el daño deriva en una notoria derivación social.
Si se realiza un seguimiento de las informaciones sobre delitos graves que se publican en los medios de comunicación, se llega a la conclusión de que muchos de estos son cometidos por reincidentes y sujetos que habían pasado por los tribunales, pero fueron dejados en libertad. La encuesta de victimización elaborada por el Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC) ha revelado que durante el primer semestre de este año, un 58,6% de los locales en el país fue víctima de algún delito, lo que representa un alza significativa si se considera que en el segundo semestre del año pasado la tasa de victimización fue de 47,9%. El sondeo se realizó en 1.214 establecimientos de Iquique, Antofagasta, Viña del Mar-Valparaíso, Gran Santiago, Concepción-Talcahuano, Temuco y Puerto Montt. Este aumento de la delincuencia ha llevado a los comerciantes a reforzar sus medidas de seguridad.
La delincuencia es un tema que preocupa a los ciudadanos en general, y al comercio en particular, porque ven que más allá del gobierno de turno, ésta no cede, por lo cual desde diversos sectores se hacen frecuentes llamados a las autoridades para que la aborden de forma constante y persistente, y no únicamente en algunas épocas del año. Es evidente que se requiere de forma urgente una solución a nivel país, impulsada desde el poder central.
Muchas de las víctimas (57,9%) deciden no denunciar los ataques y robos que sufren, lo que es bastante frecuente en el comercio minorista, pues estiman que no tendrán resultados, o porque lo consideran una pérdida de tiempo, de manera que al no haber registros oficiales sobre ellos, pasan a integrar lo que se conoce como las "cifras negras de la delincuencia".