La Cop27 comenzó con la amazonía bajo alerta de no retorno y el reto de lograr un pacto más ambicioso
EGIPTO. "Estamos en una autopista al infierno climático con el pie en el acelerador", dijo el jefe de la ONU al abrir la conferencia de líderes en Sharm el Sheij.
Agencias
Decenas de jefes de Estado y de Gobierno visitaron ayer la COP27 de la ONU pidiendo resultados "concretos" y "solidaridad climática" y, en el caso del Gobierno Emiratos Árabes Unidos, anfitrión de la próxima cumbre del clima, ofreciendo ser un "proveedor responsable" de petróleo y de gas.
La 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (COP27) arrancó con la llamada "cumbre de la implementación", por la que han pasado ya decenas de mandatarios y que hoy acogerá al resto de líderes mundiales.
Abdelfatah al Sisi, presidente de Egipto -país que preside este año la cumbre en su ciudad costera Sharm el Sheij-, instó a los estados representados en la conferencia a que entreguen "resultados claros y concretos" por el "bien de todos", y a que negocien además "con conciencia y flexibilidad" ante la urgencia climática.
También el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió a los países que no utilicen los conflictos -como la guerra en Ucrania- como "excusa" para alejarse del objetivo fijado en el Acuerdo de París, que busca contener el calentamiento de la Tierra por debajo del grado y medio respecto a los niveles preindustriales.
Según el equipo de científicos climáticos de la ONU, el IPCC, el mundo debe limitar el aumento de temperatura media global a 1,5 ºC para 2100 si quiere evitar los peores efectos de la crisis climática, pero se calcula que el planeta ya sobrepasó en este punto el 1,1 ºC de calentamiento.
Autopista al infierno
"Estamos en una autopista al infierno climático con el pie en el acelerador", lamentó Guterres antes de pedir gravar los beneficios extraordinarios de las empresas de energía fósil y "reorientar" ese dinero hacia quienes sufren el alza en los precios de la comida y la energía, y a paliar los daños causados por impacto climático.
El diplomático reclamó a los mayores emisores un "pacto de solidaridad climática", de forma que ayuden a las economías emergentes a acelerar "su propia transición hacia las energías renovables" y que pongan fin a la "dependencia de los combustibles fósiles".
El presidente francés, Emmanuel Macron dijo que hay que "movilizar" niveles de "financiamiento excepcional privada y pública", pero también cambiar las "reglas" con las que las economías de esas naciones accedan a liquidez.
En otro tono, el presidente de Emiratos Árabes, Mohamed bin Zayed al Nahyan, el primero de los líderes extranjeros en intervenir en la conferencia por ser el próximo anfitrión de la cumbre del clima, ofreció ser proveedor "responsable" de gas y petróleo en caso de que "el mundo lo necesite".
Bin Zayed aseguró que los combustibles fósiles de su país son de "los menos intensivos en carbono del mundo".
Ecologistas descontentos
Grupos ecologistas, por su parte, criticaron el inicio de la cumbre, que consideran "pobre", al obviarse en la agenda oficial las compensaciones y el financiamiento para la adaptación al cambio climático de los países más afectados, especialmente en África, por parte de las naciones contaminantes.
Mientras, el explorador y fundador de Solar Impulse, Bertrand Piccard, dijo que "tal como están las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional -compromisos de reducción de CO2- hay un 66% de probabilidades de limitar el aumento de la temperatura a unos 2,6 grados, lo cual es inaceptable".
Esta cifra supera con mucho el objetivo de 1,5ºC de París y por ello el primer objetivo de la presidencia egipcia de la COP27 será examinar estos planes y "cuestionar su bajo nivel de ambición", pues el "periodo de los compromisos y las promesas ya terminó".
Tal vez la mayor voz de alerta fue la de los pueblos indígenas y comunidades amazónicas, que aseguraron que "agentes externos" causaron una "deforestación masiva que derivó en efectos nunca antes vistos, como la inundación simultánea en toda la región, que afectó a los pueblos indígenas y puso en riesgo su soberanía y seguridad alimentaria".
Nadino Calapucha, coordinador de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, destacó la importancia de los pueblos como guardianes de los bosques y alertó de que esta deforestación genera periodos de sequía y alcanza cerca del 20% del total de la superficie de la Amazonía: "Eso es llegar prácticamente al punto de no retorno, esto es real".