Si bien la llegada de la época de calor es esperada con ansias por todos, dado que es sinónimo de vacaciones y tiempo de esparcimiento, también es una etapa donde debemos estar alertas y protegidos, ya que mientras las altas temperaturas invitan a vestir ropas más livianas y disfrutar de actividades al aire libre, los elevados índices de radiación ultravioleta (UV), que en esta época se elevan, están generando una serie de problemas a la piel.

El llamado de alerta es de la comunidad médica, que constantemente manifiesta su preocupación ante el aumento de la incidencia del cáncer de piel que se ha observado en los últimos años tanto en el país como en la región. Incluso se estima que los habitantes de algunas zonas, debido a una serie de factores como el tipo de piel, la participación en actividades agrícolas y la ubicación geográfica de la Región, presentan un mayor riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer de piel que aquellas personas que habitan otras regiones de Chile.

Un dato que viene a respaldar esta preocupación lo entrega la Organización Mundial de la Salud, que sostiene que en los últimos años la tasa de cáncer a la piel en nuestro país se elevó de 20 a 25 casos por cada 100 mil habitantes, lo que deja a esta patología como el tercer cáncer más común. A esto hay que agregar que una de cada diez personas tendrá durante su vida algún tipo de cáncer a la piel y, lo que es aún más alarmante, en nuestro país mueren anualmente cerca de 300 personas por cáncer de piel, según datos de la Sociedad Chilena de Dermatología.

Es por ello que el cuidado de la piel es una necesidad que cobra vital importancia y su práctica debe ser promovida a todo nivel, a fin de crear conciencia de los necesarios resguardos que se debe tener para evitar los daños de los rayos UV. Consejos como no exponerse al sol en horarios de mayor incidencia de los rayos UV, usar protector solar y proteger la piel con ropas especiales, son solo algunas de las medidas que se deben adoptar para protegerse de este peligro. Sin embargo, tomar conciencia del problema es el primer paso.

Parece que con facilidad nos acostumbramos a la vida. Despertamos en la mañana y estamos vivos; realizamos actividades en el día y estamos vivos; nos vamos a acostar en la noche y seguimos vivos. Lo normal es estar vivo y seguir vivos. Pero, al final de cuentas, la vida es un milagro que se puede acabar en cualquier instante o bajo muchas circunstancias que no podemos controlar ni prever.

El milagro de la vida consiste en alargar y romper constantemente los límites de nuestra propia fragilidad e inmanencia. Ante la fuerza de la naturaleza y el poder del cosmos, la sobrevivencia individual es sólo una buena intención. Ante el poder destructivo de algunas enfermedades, no podemos sino que oponer el desarrollo de la ciencia que a veces tarda años en encontrar un antídoto eficaz. Ante los efectos a veces devastadores de la violencia que el mismo ser humano puede generar, muchas veces nos sentimos sobrepasados e incapaces de contener para seguir respirando.

Por estos motivos, el binomio vida y muerte está siempre ante nuestros ojos y nos deja la tremenda pregunta acerca del por qué estamos vivos o cómo podemos aferrarnos con mayor fuerza a la vida que tanto anhelamos y deseamos.

Sin embargo, si somos tan frágiles para conservar la vida y, además, de una u otra forma tenemos fecha de término, cómo entonces es que nos mantenemos vivos. Es ciertamente el milagro de la vida lo que nos concede la oportunidad de seguir respirando.

Este milagro no se explica por sí solo. Tiene que haber un principio que traspase la contingencia de nuestra vida, los límites de nuestra fragilidad, los muros de nuestra pequeñez. No podemos auto sustentarnos ni auto generarnos; necesitamos que Otro nos genere y nos dé sustento; Otro que nos permita adentrarnos en el milagro de la vida y nos sostenga en ella. San Pablo con agudeza decía en el areópago de Atenas: "… en él vivimos, nos movemos y existimos" (Hch 17,28) para identificar a Dios como el principio único y permanente de la vida. De esta misma forma, si nuestro origen está en Dios, nuestro destino o condición de posibilidad de mantenernos definitivamente en la vida está también en Dios. ¿Qué sentido tendría acceder al misterio de la vida para después desaparecer de ella? ¿sería razonable vivir para simplemente morir? Por esta razón, Jesús de Nazaret llega a afirmar "(Dios) no es, por tanto, un Dios de muertos, sino de vivos, porque todos viven para él" (Lc 20,38). Esa es la fuente de nuestra esperanza.

Fernando Ramos Pérez Arzobispo de Puerto Montt

80 años | 20 de noviembre de 1942

Falta de bencina complica a las micros y ambulancia

La crisis de la bencina ahora dejó sin buses al trayecto entre Puerto Montt y Puerto Toledo. Con apenas 60 litros de combustible al mes, las máquinas están detenidas en sus paraderos. Es de tal gravedad la situación, que incluso la ambulancia disponible para emergencias en este sector tampoco tiene bencina.

20 años | 20 de noviembre de 2002

Falla en naves obliga a cerrar ruta a Caleta Puelche

Por 24 horas estuvo sin comunicación terrestre la comuna de Hornopirén con Puerto Montt, luego que las dos embarcaciones que cubrían el trayecto entre caleta La Arena y Puelche sufrieran percances que les impidieran trabajar. Tanto las naves "Quellonina" como la "Tehuelche" dejaron de operar, generando gran molestia.

10 años | 20 de noviembre de 2012

Quiebra de clínica deja sin trabajo a 100 personas

Durante la jornada de ayer comenzó el proceso de despido y recontratación de una parte de los trabajadores de la Clínica Alemana de Puerto Varas, acción que se enmarca en el proceso de quiebra. Según se supo, 100 trabajadores quedarán sin su fuente laboral por este ajuste, es decir, 295 personas volverán a la clínica.