Prevención de los incendios forestales
La larga sequía conspira en todo el país para la ocurrencia de una nueva temporada peligrosa en cuanto al siniestro de zonas cercanas a los centros poblados. Además de la variable ya regular de la sequía, se agrega ahora la realidad de las parcelaciones, que ha poblado zonas de riesgo.
Las autoridades han realizado un llamado a la ciudadanía para prevenir los incendios forestales. La preocupación es muy procedente, considerando las emergencias de los últimos años en la época estival y los siniestros que ya se han registrado en diversos puntos del país. Las estimaciones de los expertos indican que la temporada de incendios forestales una vez más será complicada, considerando que ha habido pocas lluvias, que el país enfrenta una prolongada sequía de más de 12 años y que se prevé un verano con altas temperaturas.
Con anticipación las autoridades presentaron el plan de protección, destinando recursos para el trabajo de las instituciones públicas encargadas del control del fuego, mientras las empresas forestales privadas también han preparado todos sus recursos para enfrentar las emergencias. Una de las medidas que se ha adoptado es aumentar la cantidad de cortafuegos, que permiten disminuir los efectos en las zonas de riesgo y dar protección a las viviendas que están en áreas de riesgos.
En Chile operan dos sistemas de protección contra incendios, aunque el trabajo es complementario. La acción del Estado, a través de Conaf, resguarda a pequeños propietarios y las áreas protegidas, como parques nacionales, reservas y monumentos naturales. El otro corresponde al de las grandes empresas, que resguardan con sus propios recursos más de un millón y medio de hectáreas de plantaciones forestales.
La última temporada de incendios se caracterizó por la alta intencionalidad que se registró, especialmente en la llamada macrozona sur. De acuerdo a los expertos, a esta situación se suma un nuevo factor de riesgo, derivado de la pospandemia, con la migración de familias urbanas a zonas rurales, nueva variable que se debe asumir para prevenir incendios, ya que muchas de ellas tienen poca cultura preventiva y desconocimiento de la mantención y limpieza que hay que hacer entre los bosques y las zonas pobladas, para eliminar todo el combustible que podría propagar las llamas.
La prolongada sequía, el fuerte viento y las altas temperaturas son factores que agravan la propagación del fuego. Serán meses en los que habrá que extremar la prevención.