Tanto Los Lagos como las otras regiones del sur del país por estos días se encuentran en la etapa más intensa de las vacaciones de verano. Esto ha implicado la llegada de miles de turistas provenientes de otros lugares del país, además del desplazamiento de los propios habitantes locales a los distintos balnearios y zonas turísticas. Este intenso movimiento ha generado una mayor circulación vehicular por las rutas, lo que, lamentablemente, ha repercutido en una mayor accidentabilidad.

De hecho, la Ruta 5 Sur ha sido escenario de varios accidentes en su tramo por Los Lagos en los últimos días, lastimosamente con resultados fatales. Ha habido volcamientos y colisiones por alcance, en todos los cuales la principal responsabilidad ha estado en la conducción imprudente. El resultado ha sido fallecimientos, lesionados y, por cierto, un trauma familiar que permanecerá para siempre.

Si bien las causas de estos siniestros deben ser investigadas, son un claro llamado de atención para los miles de conductores que se desplazan por las rutas regionales. Ello porque es habitual ver a conductores realizando maniobras peligrosas, como adelantamientos en zonas no aptas para ello o bien desplazándose a velocidades más allá de las permitidas en carreteras o zonas urbanas, lo que sin duda aumenta los riesgos de sufrir un accidente vehicular.

Por ello, es necesario insistir en el llamado a la precaución en la conducción de vehículos motorizados, evitando incurrir en conductas riesgosas. Una conducción atenta a la señalética vial, respetando la normativa y, por sobre todo, no incurriendo en conductas riesgosas y sin sentido, permitirá que estas vacaciones sean una etapa para recargar energías y no el inicio de una tragedia de insospechadas consecuencias.

Aunque este llamado se hace tradicionalmente todos los años, en esta temporada se ha hecho bastante más necesario, habida cuenta del aumento del parque automotor que se registró en los años de la pandemia y que, consecuentemente, arroja una mayor probabilidad de accidentes viales.

Alrededor de 6.300 incendios promedio por temporada se han producido en los últimos 20 años, afectando un total de 1,8 millones de hectáreas. Factores como el cambio climático, la sequía y el cambio de uso de suelo, en especial las grandes zonas de monocultivos como las plantaciones de pinos y eucaliptos, nos ponen en un escenario donde estaremos aún más propensos a incendios forestales a gran escala en el futuro.

Bosques de lengas y ñirres, coihues, palma chilena, bosques de robles, araucarias, estepa patagónica, bosque esclerófilo, todos ecosistemas que albergan diversa flora y fauna silvestre han sido arrasados. Ello conlleva fragmentación de ecosistemas, muertes y migraciones de fauna, insectos y microorganismos, pérdida de hábitat y alimentación, pérdida del suelo fértil, contaminación de suelos, agua y aire, aumento en las emisiones de CO2.

Además de la urgencia de prevenir los incendios, considerando que en Chile más del 99% de ellos son causados por acción del hombre, ya sea de forma intencional o por negligencia, es fundamental relevar la importancia de restaurar los ecosistemas afectados con énfasis en la captura de carbono y la recuperación de la biodiversidad. El programa "Más bosques, juntos contra el cambio climático", liderado por el Ministerio de Agricultura a través de Conaf e implementado en conjunto con la Agencia de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), va en esa línea. Para el año 2026 buscan intervenir 25.000 hectáreas entre el Maule y Los Lagos, con una inversión de 65 millones de dólares en la restauración de bosque nativo.

Hemos visto que la restauración de ecosistemas dañados es posible gracias a programas de rewilding como los que hemos impulsado a lo largo de los años en el hoy parque nacional Pumalín Douglas Tompkins y el parque nacional Patagonia, donde gracias a la reforestación y el trabajo activo con las especies nativas que permiten la dispersión de semillas, se ven grandes avances en territorios muy degradados.

Más allá de la prevención y la restauración, este alarmante escenario de cambio climático y aumento de los incendios forestales también nos debe llevar a reflexionar sobre la importancia de resguardar nuestros bosques nativos antes de que sea demasiado tarde.

En este sentido, los parques nacionales son la estrategia de conservación más efectiva que conocemos, por lo que la creación de más parques y el fortalecimiento de nuestras áreas protegidas también son parte de las estrategias que debemos impulsar como país, ante el incremento de los incendios forestales.

Ingrid Espinoza León, directora de Conservación

de la Fundación Rewilding Chile

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