Cerca de 40 mil personas llegaron hasta el poblado de Carelmapu, en la comuna de Maullín, para participar de la tradicional "Fiesta de la Virgen de la Candelaria", que después de dos años -debido a la pandemia de covid 19- se pudo efectuar sin ningún tipo de restricción.

La conmemoración de fe católica partió el pasado 24 de enero, con la llegada de las imágenes de la virgen, provenientes de los sectores rurales, para instalarlas en la capilla San Juan Bautista de esa localidad; para posteriormente concentrar la masividad de público, los días 1 y 2 de febrero, con las procesiones de la imagen de la virgen, por la bahía en el mar (noche); y al otro día, por las calles de la caleta, respectivamente.

Procesiones

Durante la primera jornada de procesión, la figura de la virgen de la Candelaria congregó a más de 40 embarcaciones de pescadores artesanales, y cerca de 100 buzos mariscadores

-entre mujeres, adolescentes y hombres-, los que fueron protagonistas en el mar, mientras que alrededor de 15 mil personas presenciaron el rito desde la orilla.

"La inmensa cantidad que se reunió antenoche (miércoles) en la procesión marina, demostró la devoción de la gente de mar, los buzos y sus familias por la virgen, donde impacta ver muchos hombres y mujeres con sus trajes de buceo, paseando a la virgen en el agua, en la explanada. Uno ve muchos gestos conmovedores de fe", expresó el alcalde de Maullín, Nabih Soza.

En tanto, ayer jueves, se realizaron seis oficios religiosos en diferentes horarios, partiendo el primero a las 5 de la madrugada, mientras que, al mediodía, el obispo monseñor Fernando Ramos efectuó la eucaristía central del programa. Luego, a eso de las 15 horas, las calles de la pequeña caleta se agolparon de fieles, devotos y curiosos en el tradicional peregrinaje por las arterias carelmapinas, encabezado por el párroco local, Juan Martínez.

Masiva concurrencia

El municipio de Maullín calculó que durante esta actividad se reunieron más de 20 mil personas, provenientes de distintos puntos de la región.

"Es una festividad que está muy arraigada en la historia de Carelmapu y sus habitantes, y que trasciende de la localidad al resto de la provincia y la región. Nos hemos encontrado con gente que viene de lugares muy distante a venerar a la virgen de La Candelaria", señaló el alcalde Soza.

María José Barría, carelmapina y de padre buzo mariscador, indicó que desde hace 12 años participa de esta festividad, y que todos los 1 de febrero se coloca el traje de buzo. "Yo no soy buzo, pero me visto por mi padre, para venerar a la virgen y pedirle que lo proteja, lo guíe y le dé el sustento para el resto del año", enfatizó.

José Ojeda, proveniente de caleta Estaquilla, en Los Muermos, contó que su oficio también es el de buzo en esa localidad, y que todos los años llega hasta Carelmapu "para pedirle a la virgen que nos proteja en el mar, porque uno no sabe si va a volver vivo. Le tengo mucha fe la virgencita de la Candelaria". Por otro lado, desde el municipio evaluaron de manera positiva la realización de este evento de carácter masivo, indicando que fue enmarcado

"Yo no soy buzo, pero me visto por mi padre, para venerar a la virgen y pedirle que lo proteja, lo guíe y le dé el sustento para el resto del año"

María José Barría, Carelmapina en Fiesta |de la Candelaria