Un proyecto cultural a seguir
El vacío implica la responsabilidad de volver a llenar un espacio que es de todos, con meta comprometida. El espacio no es un bien nacional de uso público, es decir, pertenece a la Municipalidad de Puerto Montt, por lo que este es el ente responsable de impulsar un proyecto serio.
El fin de la carpa blanca es un hecho. El espacio, despejado por completo, requiere de cumplir con su fin, el mismo expresado en una reciente crónica publicada por este Diario, muy distinta a la de disfrazar de normalidad una actividad comercial informal en pleno centro de la ciudad, a metros de la Municipalidad de Puerto Montt y a cuadras del Servicio de Impuestos Internos.
¿Qué dice la historia? Desde que el lugar comenzó a ser ocupado por vendedores informales, para ofrecer sus productos, han pasado seis años sin que se pudiera intervenir un área que se conocía como la "Plaza de las Esculturas", ante un ofrecimiento que en 2006 hizo el Grupo Pasmar, propietaria del Mall Paseo Costanera, para recuperar el sector colindante. Lo que se sabe es que el municipio estaba gestionando impulsar ese proyecto, con cargo al privado. Ello, implicaba generar áreas para expresiones culturales, deportivas y comunitarias, sin que se abriera la posibilidad de habilitarlo -paradójicamente- para la realización de cualquier actividad comercial.
Ese compromiso suponía que la mantención y limpieza quedaría a cargo de la compañía que controla el empresario Jack Mosa, mientras que la administración se mantendría bajo gestión municipal, a pesar que su construcción sea financiada por esa sociedad. Según las fuentes consultadas por este Diario, en efecto el espacio no es un bien nacional de uso público, es decir, pertenece a la Municipalidad de Puerto Montt, por lo que este es el ente responsable de impulsar un proyecto serio para la ciudad. La respuesta desde el municipio fue tajante, y la dio el designado director de Turismo municipal, el periodista Marcelo Wilson, quien adelantó que desde ya trabajan en una actividad de cierre de verano, para el próximo 5 de marzo. Es de esperar que, tanto la gestión municipal, como el aporte del privado, permitan llenar un espacio no menor del centro. No hay que olvidar que, al igual que el vacío del poder, siempre algo surge para completar lo que está abandonado a su suerte.