A tres años del 27/F
Hoy las familias tienen mayor cultura preventiva y la mayoría sabe hacia dónde debe dirigirse en caso de una emergencia.
Hoy se cumplen 13 años desde que el terremoto de magnitud 8.8 Richter golpeó la zona comprendida entre Valparaíso hasta La Araucanía, conocido como el 27/F. El episodio dejó escenarios inimaginables y rostros inconsolables, con 525 muertos (126 por el tsunami), 800 mil damnificados y daños que se calcularon en más de 30.000 millones de dólares.
Las principales industrias locales quedaron paralizadas, desaparecieron plantas pesqueras, y algunos barrios quedaron en el suelo o fueron destruidos por el maremoto.
El 27/F constituyó la prueba de que el país no estaba preparado para abordar una catástrofe de esta magnitud. El video que se conoció de las primeras horas de funcionamiento de la Onemi, donde aparecían las más altas autoridades, reveló el grado de improvisación y confusión.
Sin embargo, la reconstrucción del sistema productivo fue rápida. Las toneladas de escombros fueron retiradas, los puertos, los puentes y las carreteras se reconstruyeron, y los edificios colapsados fueron demolidos.
En el recuerdo está el comprensible dolor de quienes perdieron a sus seres queridos o sufrieron la pérdida de sus bienes. Pero la mayoría de las familias soportaron en forma estoica las miles de réplicas que se registraron, se pusieron de pie y dejaron atrás la tragedia. En estos años, ha habido un gran dinamismo inmobiliario gracias al proceso de reconstrucción. Tras 13 años, la tragedia es un mal recuerdo y sólo cabe expresar el pesar a quienes perdieron a algún ser querido o sufrieron daños.
El 27 de febrero de 2010 quedaron al desnudo las falencias de coordinación entre organismos y la falta de información fidedigna a la ciudadanía respecto a la catástrofe. La Onemi se transformó en el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), y ha incorporado avances y desarrollos tecnológicos, que se han puesto en práctica en estos días con motivo de los incendios forestales.
Luego de muchos simulacros, hoy las familias tienen mayor cultura preventiva y la mayoría sabe hacia dónde debe dirigirse tras la activación de las alarmas de tsunami, lo que permite estar mejor preparados ante estas emergencias.