Acto de sabotaje en lago Llanquihue
Empresa dio cuenta de los hechos a la Fiscalía, en los que expone que los responsables no tenían como fin el robo de especies. Tras la detención del líder de la Coordinadora Arauco Malleco, Héctor Llaitul, la organización llamó a "continuar con la resistencia y sabotajes"
No habría intención de robo ni de lucrar con especies ajenas. Esa tesis planteó desde el primer minuto la empresa Caleta Bay, tras la fuga de cerca de 60 mil salmones desde una de sus instalaciones, la cual se ubica en el lago Llanquihue, a una altura correspondiente a la comuna del mismo nombre. ¿Qué pasó? A través de un comunicado, la empresa acusó directamente ser "víctima de un sabotaje en sus centros de cultivos, ubicados en el sector de Totoral. El ataque provocado por terceros tuvo como consecuencia cortes en tres redes peceras, que contenían peces en su interior", describe la compañía. A propósito de ello, cuentan que hicieron las denuncias respectivas ante el Ministerio Público y la policía, con el fin de dar con el paradero de los responsables.
Tal escenario abre el camino para plantear diversas hipótesis, entre ellas, una de gran preocupación, que tiene que ver con el actuar de grupos organizados, similares a los que están presentes en las regiones del Biobío y La Araucanía, principalmente, calificados por ellos mismos como "órganos de resistencia", los que llevan adelante acciones de este tipo, principalmente contra el transporte de carga y empresas forestales en general. En agosto del año pasado, tras la detención del líder de la Coordinadora Arauco Malleco, Héctor Llaitul, quien se mantiene en prisión preventiva a la espera de ser juzgado por diversos hechos vinculados a la violencia en zonas rurales, la organización llamó a "continuar con la resistencia y sabotajes", en lo que incluyó en su lista a las salmoneras. Si bien no hay aún indicios de un vínculo directo entre tal amenaza y lo ocurrido en Llanquihue, es urgente que las autoridades competentes agilicen la investigación con el fin de ubicar a los responsables. En diciembre de 1997, en la comuna de Lumaco, Región de La Araucanía, se llevó adelante el primer atentado contra camiones, que terminó con tres máquinas destruidas. El actuar negligente del Estado hoy tiene aquella zona bajo el control de las Fuerzas Armadas y un futuro incierto.