El Cerro Philippi y Javier Rivera Herrera: patrimonio natural de Puerto Varas
El sector debe su importancia a alguien que pocas personas conocen, pero que durante casi toda su vida laboral fue quien lo reforestó y resguardó: Javier Rivera Herrera (1913- 1981). Él vivió en el mismo cerro de este emblemático lugar de Puerto Varas que se está comenzando a recuperar gracias a la mayor valorización de su patrimonio natural por parte de sus vecinos.
Ricardo Yáñez Rivera (nacido en 1961) es un puertovarino que junto a su esposa Karem Muñoz Díaz, son guías de turismo profesional y dirigentes gremiales. Su abuelo Javier Rivera Herrera (1913- 1981) fue el fundador y guardián del principal Parque Urbano de Puerto Varas que pese a todo el daño que ha sufrido en los últimos años, la ciudadanía lo reconoce como su principal patrimonio natural lo que es uno de los sellos más importantes para una comuna turística que busca su sostenibilidad medioambiental.
Javier nació en Colegual a principios del siglo XX cuando esa zona era una de las más pobladas y pujantes de la provincia de Llanquihue por la calidad de sus suelos y por la temprana colonización chilota y luego germana. Sin embargo, por razones económicas, fue enviado por sus padres a educarse desde pequeño a las misiones de Quilacahuín "donde se crió con los mapuches" como recuerda su nieto Ricardo.
Como debió volver a trabajar a Colegual desde joven, lo hizo para Teobaldo Kuschel Kneer quien era propietario de grandes extensiones de tierra en ese sector. Él era además político del Partido Conservador, llegando a ser alcalde de Puerto Varas en dos períodos: 1944 a 1950 y de 1956 a 1963 y como una de las figuras principales de esas décadas, su gestión edilicia se caracterizó por generar importantes obras que marcan hasta hoy la Identidad de la ciudad lacustre, entre ellas la inauguración del monumento a Vicente Pérez Rosales, un nuevo muelle, la remodelación de la Plaza de Armas y la gestión por la que se construyó el actual edificio consistorial actual que incluso lleva su nombre en una placa.
Sin embargo, desde el punto de vista del patrimonio natural su mayor legado, además de plantar miles de árboles en las avenidas de Puerto Varas, fue la creación del Parque Philippi que hasta entonces solo era un cerro municipal sin mayor uso. Para ello contrató como funcionario municipal a Javier Rivera quien, en un trabajo de toda su vida, reforestó y cuidó todo ese enorme espacio hasta el final de su vida.
El alcalde Teobaldo Kuschel mandó a construir por 1947 una casa en la entrada del parque, la que sigue en pie y la que debería ser declarada Inmueble de Conservación Histórica para su preservación. Allí fue donde Javier Rivera vivió desde un comienzo junto a sus 16 hijos que tuvo con Florinda Altamirano Díaz y algunos nietos como el mismo Ricardo quien vivió allí hasta los 14 años. Él destaca que "antes era un montículo, un cerro sin mucha vegetación… mi abuelo plantó árboles nativos y muchas flores…trabajaban bajo su supervisión una 7 a 8 personas y como se jubiló en 1978 pudo transformar por completo el cerro en un verdadero parque de naturaleza".
Una más de las labores de Javier Rivera fue la de cuidar y mantener otro de los íconos de Puerto Varas: la Cruz Monumental del Cerro Philippi. Esta cruz originalmente era de madera siendo el hermano Luis Gorgonio del Colegio Germania uno de sus artífices, la que se inauguró en 1951 para la clausura del Congreso Eucarístico Nacional que se celebró en la ciudad. "La cruz original era de alerce y después fue de metal… todos los días mi abuelo tenía que tensar las cuerdas para afirmarla y debía subir por una escalera para cambiar las ampolletas que la iluminaban", comparte Ricardo.
Tras la jubilación
Luego de la jubilación de Javier Rivera Herrera, según su nieto Ricardo, el cerro Phillipi no tuvo el mismo destino y simbolismo: "… la siguiente familia - de apellido González- que vivió y trabajó en el Cerro Philippi no tuvo suerte, quedó inválido por una enfermedad grave que sufrió. El alcalde Eduardo Cerón pone a otra familia y el hombre sufre un cáncer y luego con el alcalde (Ramón) Bahamonde definitivamente comienza a ser abandonado el parque… ya no hay guardia ni perímetro de cierre, antes habían portones…. Incluso, hasta hace muy poco se había entregado una buena parte para pistas de ciclismo de montaña que eran un riesgo para los visitantes y un daño a la naturaleza…"
Lo positivo para el patrimonio natural de Puerto Varas es que hace pocos años comenzó una campaña por su recuperación siendo uno de sus principales impulsores Edilio Peranchuay Leuquén (1939-2020), quien fuera presidente de la Asociación por el Patrimonio y Memoria Histórica de Puerto Varas.
Hubo amplias consultas ciudadanas y firma de acuerdos entre diversas autoridades por lo que finalmente el actual alcalde Tomás Gárate y el Concejo Municipal, decidieron retirar la concesión a los ciclistas para la recuperación del Cerro Philippi y generar un importante proyecto para su completa recuperación.
La ciudad de Puerto Varas tiene una vocación turística desde hace más de 100 años, la que está ligada directamente a su enorme patrimonio natural y cultural.
El parque del Cerro Philippi con su cruz, por su ubicación y tamaño, es uno de sus principales íconos que debe ser resguardado y preservado para las futuras generaciones. Aunque ha sufrido abandono y daño, hoy está recuperándose y como señala Ricardo Yáñez, nieto de quien fuera su principal creador "habría que entregárselo a Conaf para asegurarnos un resguardo completo como hubiera querido mi abuelo Javier Rivera".