Una de las interrogantes que surge cuando hablamos de personas mayores y tecnología: ¿es necesario y posible acercar a las personas mayores al uso de la tecnología?
Desde la terapia ocupacional como disciplina que aborda a las personas y el cómo las ocupaciones en las que éstas participan pueden verse afectadas por el contexto en las que se desarrollan (facilitador o inhibidor); la respuesta es positiva, hoy en día la tecnología se encuentra en todos los ámbitos de nuestra cotidianidad y si queremos una real inclusión de las personas mayores y evitar un impacto negativo en su calidad de vida, se hace imprescindible.
Una evidencia que apoya la necesidad de abordar este tema y reafirma que es posible, es lo que Bárbara Becerra, terapeuta ocupacional, magíster en Abordaje de Personas Mayores y Envejecimiento (UNAB, sede Viña del Mar), ha demostrado desde el 2021, en los avances de la modalidad telesalud durante la pandemia. La profesional señala que las atenciones de telesalud realizadas a las personas mayores durante este tiempo, y que actualmente se siguen realizando, han evidenciado un mayor acceso y facilidad para comunicarse a través del celular y todas las aplicaciones de éste. El uso de WhatsApp con sus funciones de llamadas y videollamadas es el más utilizado en estos casos. Los adultos mayores pueden manejar de manera autónoma este dispositivo, aumentando la posibilidad de generar encuentros con sus pares ubicados en otras ciudades e incluso países, favoreciendo así un intercambio cultural muy interesante.
El no conocer estas nuevas tecnologías o el que no exista una red de apoyo o alguien que garantice la conexión resulta finalmente en una brecha para las personas mayores, al ver impedida su participación en actividades de prevención de salud, recreación y participación social.
En concordancia con lo anterior, se hace evidente la capacidad de los adultos mayores en desarrollar habilidades para comprender y utilizar nuevas tecnologías, en un proceso de aprendizaje que puede ser distinto al del niño, sin embargo, tiene la riqueza de las historias de vida de cada persona que les permite asociarlas para generar cambios; y aunque, no nacieron en un mundo tecnologizado, vivenciaron desde sus inicios (años 70-80) la vorágine abrumante de la tecnología que no se detuvo y que no les dio tiempo a adaptarse rápidamente. En sus mentes están los recuerdos de donde emanan estos nuevos conocimientos y es lo que hay que rescatar, asociando a las metodologías y modelos propios de la terapia ocupacional, prácticas de enseñanza-aprendizaje desde la Andragogía (campo de estudio que tiene como objetivo la educación para individuos adultos), de ese modo podremos lograr resultados positivos en la inclusión de personas mayores.