Cuidado de los recursos hídricos
Mañana se celebra el Día Mundial del Agua, ocasión propicia para relevar el rol crucial que tiene para el desarrollo de las comunidades. Los extensos años de sequía han dejado una profunda huella en las zonas rurales, asunto usualmente ignorado en los centros urbanos.
Los recursos hídricos y la gama de servicios que prestan, juegan un rol clave en el crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la sostenibilidad. El agua propicia el bienestar de la población, el crecimiento y tiene un impacto positivo en la vida de las personas, al incidir en cuestiones que tienen que ver con la seguridad alimentaria y energética, salud humana y medio ambiente.
La Organización de las Naciones Unidas ha llamado a celebrar este 22 de marzo el Día Mundial del Agua, a fin de destacar la importancia de ese elemento en el desarrollo sostenible, incentivando a las personas a hacer un uso responsable, tanto en empresas como en hogares. El país ha enfrentado en los últimos 14 años una sequía que afecta al agro y la ganadería en varias regiones, y que impacta en la disponibilidad de alimentos, por lo que el cuidado del agua es una prioridad. Se depende de ella para la salud pública y el progreso; es esencial para la seguridad alimentaria y energética, y sustenta el funcionamiento industrial.
En distintos lugares del país, las napas subterráneas se han estado secando, igual que las vertientes y riachuelos. En algunas comunas rurales, los afectados han debido racionar el agua, lo que los habitantes de centros urbanos no alcanzan a dimensionar. En zonas rurales se traduce en que las napas se secan, afectando a miles de personas que no cuentan con el recurso para enfrentar sus necesidades diarias y para regar sus cultivos.
Es evidente que ha habido un cambio en el régimen de lluvias: aunque hay menos precipitaciones, se concentran en muy poco tiempo, por lo que el agua escurre superficialmente y no se infiltra a los acuíferos. Eso parece explicar los problemas que hay en la captación de aguas subterráneas, especialmente cada verano. Hay que considerar también que los procesos de urbanización han ido modificando los patrones de drenaje de los terrenos, lo que reduce la infiltración, el agua no se absorbe y -por el contrario- hay más posibilidades de desborde de los ríos.
Chile será en el año 2040 el único país latinoamericano con estrés hídrico alto por la forma cómo se gestiona el agua y la falta de gobernanza. La megasequía exige actuar rápido para avanzar hacia una solución. El cambio climático es una realidad innegable. El cuidado del agua le compete a todos.