"No compartimos la forma en que la Dirección General de Concesiones del MOP (Ministerio de Obras Públicas) ha determinado suspender el contrato que posibilita la continuidad de obras de construcción del Hospital de Puerto Varas", forma parte de la declaración pública en la que el Concejo Municipal de Puerto Varas expresa su malestar por la suspensión de las labores de construcción de este recinto.

En el texto, el cuerpo colegiado de esta comuna, que preside el alcalde Tomás Gárate (Ind.) y que integran los ediles Rocío Alvarado (Ind.), Juan Godoy (Ind.), Marcelo Salazar (UDI), Antonio Horn (RN), Rodrigo Schnettler (DC) y Nataly Schadow (PS), explican que acuerdan, por unanimidad, manifestar su molestia por la situación e insistir ante las distintas instancias y autoridades de Gobierno en la búsqueda de respuestas que den certezas al municipio y la comunidad puertovarina.

Además, reclaman "que a más de dos semanas de la decisión adoptada, seguimos sin recibir información que dé cuenta de los argumentos técnicos que sustentan dicha decisión", así como conocer acerca de "mecanismos alternativos conducentes a retomar las obras de construcción, entendiendo la relevancia que este proyecto tiene para la comunidad".

Alegan que su malestar tiene que ver también con que "no fuimos informados por los canales oficiales y formales", así como tampoco de la planificación futura de la obra.

los ediles reclaman por la falta de información formal.

La resiliencia es un concepto que ha adquirido gran relevancia en los últimos años, sea para una comunidad o nación, como para las personas individualmente consideradas. Sobre todo desde una visión positiva de la vida.

Cuando se menciona a la resiliencia, solemos pensar en hechos traumáticos, como la pérdida de un ser querido, sobrevivir a un accidente u otras situaciones adversas. Pero en nuestro día a día también se dan hechos difíciles que tenemos que enfrentar. No hace falta que suceda una catástrofe; superar cualquier dificultad cotidiana, como hacer frente a las críticas, conseguir sobreponerse a un problema sentimental, o simplemente llegar al lugar de trabajo con una sonrisa tras un tropiezo, también es ser resiliente.

Hay personas que son resilientes porque han tenido un ejemplo de resiliencia a seguir - como sus padres, un hermano o un amigo -, pero otras han aprendido a lidiar y sortear los obstáculos del camino por sí solas; han aprendido a partir del ensayo y el error. Es fácil para muchos hacer escarnio de los demás, sobre todo cuando un oponente se equivoca y comete errores. El caso de José Antonio Kast, líder del Partido Republicano de Chile, es un buen ejemplo de aquello. Ha sido criticado, vilipendiado y acusado de ser hasta el mismísimo "demonio". Pero mantuvo la calma, fue resiliente, habiendo adquirido esta última característica luego de mil batallas contra la odiosidad por sus ideas conservadoras. En suma, fue capaz de perseverar. Así, pudo superar un sinnúmero de dificultades y malos momentos, y logró imponerse. Y conste que yo no soy seguidor de su partido político; sólo que nobleza obliga.

Lo anterior se basa en mi propia experiencia y conocimientos adquiridos a través de largos años, en los que he debido lidiar con cientos de problemas, algunos muy complicados. Lo cual estaría indicando que la resiliencia es una habilidad que todos podemos desarrollar y, por lo tanto, practicar. Para ello, es necesario trabajar adecuadamente nuestros pensamientos, emociones y fortaleza espiritual. Esto último logré vivirlo y potenciarlo durante una larga estadía en India, una situación por la cual estoy eternamente agradecido a mi padre.

Las personas resilientes tienen, como los juncos, la capacidad de ser flexibles cuando el viento sopla con fuerza en su contra. Saben que enfrentarse a ciertas circunstancias aciagas les hará perder energía y optan por tener una mente abierta. Se desprenden de algunos viejos prejuicios e inseguridades, para realizar cambios importantes sin abandonar los principios esenciales. Pero no se adaptan con resignación, sino porque entienden que existen otros caminos diferentes, que no por ser distintos son erróneos.

Fue cerca de la medianoche del 23 de mayo cuando el alcalde de Puerto Montt, Gervoy Paredes, tras contactarse con la Seremi de Educación, tomó la determinación de suspender las clases debido al sistema frontal que afectaba a gran parte de la región. Pero no ocurrió lo mismo en las comunas aledañas de la provincia de Llanquihue, sobre todo donde el sistema escolar depende del Servicio Local de Educación Pública (Slep), ya que recién al mediodía del miércoles decidieron suspender las clases en un total de 9 establecimientos educacionales, la mayoría de ellos de Puerto Varas. Justamente, la noche del martes y mientras el temporal causaba estragos en algunos puntos de esta comuna, el alcalde Tomás Gárate realizó varias llamadas a la directora del Slep, Claudia Trillo, con el fin de tomar alguna determinación que permitiera la suspensión de las clases, principalmente por los cortes eléctricos y de caminos. Las llamadas a Trillo fueron varias y no sólo del alcalde lacustre, sino que también de los medios de comunicación que requerían información acerca de las medidas que se adoptarían. Sin embargo no hubo respuesta. Sólo el día después y con medidas que 12 horas antes, por ejemplo, en Puerto Montt, ya habían abordado sus autoridades frente al temporal.

en puerto varas suspendieron las clases un día después que Puerto Montt.