Correo
Concesiones acuícolas
Ante las manifestaciones de los trabajadores de la industria acuícola, la ministra de Medio Ambiente ha señalado a la prensa y a los chilenos que las modificaciones legales del proyecto que crea el Servicio de Biodiversidad no afectarían concesiones acuícolas otorgadas. Y falta a la verdad.
En efecto, preguntada expresamente por los senadores sobre el punto, fue evasiva y dijo: "Lo claro es que se ha aprobado que en las tres categorías más estrictas esté prohibido el desarrollo industrial de las actividades mencionadas". Y agrega: "En lo que atañe a la posición del Ejecutivo, existen categorías en que se permite el uso sustentable… se han conocido ciertas prácticas de la industria salmonera que, definitivamente, no son sustentables" (Informe de Comisión de Medio Ambiente del Senado, del 25 de abril de 2023). Eso es parte de la historia del proyecto, y será ley si se aprueba.
Resulta pertinente destacar que todas estas posturas extremas se justifican, entre otros, en los compromisos adquiridos por Chile en el Convenio Internacional sobre la Diversidad Biológica. Sin embargo, sólo 33 países del mundo han ratificado ese Convenio, sólo países latinoamericanos y africanos. Ningún país desarrollado. Chile es el único país de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE.
Así, Noruega en pocos años más duplicará su producción de salmón y Chile la disminuirá a 11%. Finalmente, invito a los dirigentes de mitilicultores, pesca artesanal y trabajadores del turismo a ver si se afecta sus actividades en algunas categorías de conservación.
Marcos Velásquez Macías, abogado
"Soy del sur, soy salmonero"
Me permito complementar con mi experiencia respecto de la columna de Hardy Knittel de este domingo en El Llanquihue (titulada "No se metan con los viejos rockeros"), referida a la industria del salmón y el gran movimiento ciudadano expresado el viernes recién pasado.
Su columna pone los puntos claros, realistas, lógicos, bien argumentados y precisos sobre las íes. Gracias por ello. Estoy en un personal estado emocional muy fuerte y profundo que me permito comentar al respecto.
Como muchos en esta región saben, desde mis comienzos estuve en esta industria (de esto hace ya casi 50 años) en poner y clavar sobre un marco de "cuatro tablas de mañío", para construir las primeras balsas de salmones y llevarlas al muy técnico, científico y cuidadoso medioambiental avance del desarrollo de la salmonicultura, como Knittel muy bien lo refiere hasta la actualidad.
Creo haber comentado anterior y reiteradamente a todos quienes quisieran escucharme que no entendía como la industria, sus trabajadores, sus proveedores y a la comunidad que ni siquiera se inmutaran por el ataque constante hacia la actividad, desde sus inicios por los incansables, arteros y ocultamente bien financiados "jotes verdes". Hoy han salido los sureños a la calle a defender lo suyo, lo nuestro, lo regional y el desarrollo del país por sobre "el ideologismo inconsciente".
Confieso que ya estaba muy cansado de ese escenario y de repetir, repetir, una y otra vez, un discurso que no tenía réditos ni claras respuestas y se perdía en el olvido. Feliz por ello. Hoy quedo más tranquilo por las nuevas generaciones, por tomar estas banderas, sus banderas, nuestras banderas; que como diría nuestro Arturo Prat, ojalá "jamás serán arriadas". Por eso, y en ellos confío. Soy del sur, soy salmonero… y por siempre.
Alfonso Muena R.
Salmonicultura y economía
Sospecho que el Gobierno no tiene idea de la cadena productiva que genera la salmonicultura en el sur.
Jaime Alarcón
Biodiversidad y salmones
El objetivo original del proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas era integrar en un solo organismo, que hasta la fecha estaba en al menos cinco instituciones diferentes, la protección de las especies nativas de nuestro país. Dentro de sus funciones y atribuciones, tiene en su letra lo siguiente: "fiscalizar la aplicación de la Ley General de Pesca y Acuicultura en las áreas protegidas, sitios prioritarios, ecosistemas amenazados y ecosistemas degradados".
Es así como se produce una colisión entre este servicio y la salmonicultura. Esto debido a, por una parte, el carácter de producción intensiva de salmones; y, por otra, a que las jaulas de crianza, a diferencia de lo que es por ejemplo la producción porcina o avícola, están dentro del mar, integrándose totalmente en su ecosistema a través de un ambiente acuático.
Es imposible controlar la difusión de excrementos, el exceso de nutrientes, de fármacos o sustancias profilácticas, sumando a lo anterior el riesgo permanente de escape de ejemplares, convirtiéndose en individuos exóticos en nuestros ecosistemas locales. Si bien es cierto que la producción de salmones representa ingresos de divisas extranjeras que no dejan de ser importantes para nuestra economía, y además generando miles de puestos de trabajo directos o indirectos, ha llegado el momento de definir cuál es el compromiso real con el legado genético de nuestras especies que queremos dejar a las futuras generaciones.
Es hora también de comprender que los ecosistemas no son áreas aisladas, que pueden ser separadas por carreteras, ciudades o instalaciones industriales en general. Debemos diseñar un sistema de corredores biológicos que permitan la supervivencia de nuestra flora y fauna, y así estar preparados para la otra gran amenaza que tenemos a la vuelta de la esquina, que son los efectos de un cambio climático global.
Arnaldo Arancibia Ramognini, ingeniero ambiental
Gas a precio justo
El "gas a precio justo" fue una artimaña en los meses previos al plebiscito de septiembre. Háganse cargo.
Esteban Meza