Nueva Constitución: hay esperanza en la zona, pero piden tener altura política
A tres días que empiece a funcionar el organismo que debiera definir una nueva Carta Magna, tras el fallido primer intento, el mundo político y económico de la región pide prudencia y aprovechar la oportunidad. Una instancia que algunos definen como lejos de la ciudadanía y hecho a la medida de la clase política y que, por lo mismo, tendrá todos los ojos encima.
"Reconociendo los motivos del fracaso del proceso anterior, la clase política acordó cambiar el proceso en sí, pensando que eso sería vital para conseguir una propuesta con posibilidades de éxito; no obstante, lo que no cambió fueron sus ambiciones, ya que armaron un sistema en el que ellos (partidos) pudieran tener buena parte del control del proceso. Se aprobó sin un plebiscito de entrada, se culpó del fracaso anterior a los falsos independientes y a los pueblos originarios, desconociéndose los errores propios de la clase política tradicional (…) y en una demostración de desprecio hacia la ciudadanía, el nuevo proceso buscó eliminar a ésta del proceso de redacción de la Constitución".
Con estas palabras, el docente de la Escuela de Administración Pública de la Universidad Austral de Chile, sede Puerto Montt, Pedro Díaz, define las decisiones que llevaron a nuestro país, a partir del próximo 7 de junio, a vivir otro intento de redacción para una nueva Constitución.
Un desarrollo que está lejos de provocar la efervescencia que tuvo su primer intento y que tiene su explicación, según Díaz, en el especial interés que tuvo la clase política en mantener el control sobre el proceso, limitando incluso el poder de los 51 consejeros electos el pasado 7 de mayo.
Pese a esta profunda crítica a la estructuración del organismo y a que el anterior proceso dejó a un país profundamente dividido -en convicciones y votaciones-, esta nueva etapa es vista con esperanza por algunos y con los dedos cruzados por otros, deseando que más allá de quienes ostenten el poder en el Consejo, se vele por determinar un bien común transversal más allá de las aspiraciones o creencias personales.
Poder a las regiones
Uno de los aspectos que más expectativa genera es la descentralización, tema que las autoridades locales ven como fundamental.
"Es un texto constitucional bastante tradicional del punto de vista de su estructura, los temas que aborda. Del punto de vista de nuestras expectativas como Gobierno Regional, se reconoce, se establece que existen los gobiernos regionales y los gobiernos comunales como un nuevo estadio de decisión, lo cual es bueno, no sólo gobiernos nacionales, eso es positivo, que se avance también en materia de que se establezca que Chile es unitario y descentralizado", comenta al respecto el gobernador Patricio Vallespín.
Agrega que es necesario que se plantee un conjunto de iniciativas respecto de ese punto, de manera que permitan tener más recursos para las regiones y mayor poder de decisión.
"Creo que el Comité de

