El príncipe Harry acusa a la prensa británica de causar "mucho dolor, disgustos y muerte"
LONDRES. Histórica comparecencia de un monarca, el primero en 100 años, ante un tribunal. El duque de Sussex aseguró que los medios le provocaron "paranoia y desconfianza".
Agencias
El duque de Sussex lanzó ayer en el Tribunal Superior de Londres duras acusaciones contra los tabloides británicos (prensa sensacionalista), a cuyos periodistas responsabiliza de haber ocasionado "mucho dolor, disgustos y muerte" y a quienes considera "la madre de los troles de internet".
El príncipe Harry testificó ayer y volverá a hoy en su demanda contra el grupo Mirror Group Newspapers (MGN) que, de acuerdo con la querella, incurrió en prácticas ilegales como pinchazos telefónicos y contratación de detectives privados para lograr exclusivas y vender más periódicos.
Según alega el hijo menor del rey Carlos III y la difunta princesa Diana, unos 140 artículos publicados entre 1996 y 2010 por el "Daily Mirror", "Sunday Mirror" y "The People", contenían datos recabados mediante el empleo de métodos ilegales, si bien la audiencia de ayer tuvo en cuenta solo 33 de esas publicaciones.
Por su parte, la defensa de MGN, a quien representa el letrado Andrew Green, lo refutó y argumentó asimismo que algunos de los demandantes en este caso denunciaron ante la justicia demasiado tarde.
En su intervención, el duque responsabilizó a la prensa amarilla de este país de tener las manos "manchadas de sangre" por haber ocasionado "dolor, disgustos y muerte".
"Los troles reaccionan a historias que ellos crean. La gente ha muerto como resultado y continuará suicidándose cuando no vea otra salida", declaró el duque.
Vida privada
En alusión a la fuerte intrusión mediática en su vida privada, el príncipe, que reconoció haber sentido depresión y paranoia, se preguntó: "¿Con cuánta más sangre se mancharán los dedos (por los periodistas) antes de que alguien frene esta locura?".
Harry describió que tanto él como su esposa, la estadounidense Meghan, duquesa de Sussex, tuvieron que afrontar "un acoso constante" e insultos por parte de los tabloides durante los últimos seis años.
"Tras haber experimentado lo que yo he experimentado en los últimos seis años en cuanto a un acoso constante, intimidación e insultos, que tanto mi esposa y yo hemos sufrido a manos de los tabloides, este tipo de comportamiento lamentable realmente no me sorprende", dijo sobre los pinchazos ilegales.
En este punto, alertó que "sin una regulación adecuada de la prensa", este supuesto "acoso" solo "empeorará".
También deploró a "aquellos que tienen el poder" (por el Gobierno británico) por "hacer la vista gorda" para permitir que continúen estas ilegalidades.
"El hecho de que se protejan unos a otros (...) es lo más alarmante de todo, especialmente porque son (los periodistas) la madre de los troles 'online", lamentó.
Dudar de los amigos
Durante la audiencia, el príncipe indicó además que las acciones "perversas" de estos medios sensacionalistas le generaron en su día "paranoia" y "desconfianza", haciéndolo dudar de la lealtad de amigos y allegados, y afectaron "todas las parcelas" de su vida privada, desde la seguridad hasta sus relaciones.
"Diría que las acciones (de estos medios) afectaron todas las áreas de mi vida, generando muchísima paranoia en mis relaciones pues desconfiaba de todo el mundo cuyo nombre figurara en el artículo, ya fueran (el ex empleado de caballerizas de la Casa Real) Mark Dyer, (su exniñera) Tiggy o el hermano de esta, por ejemplo", reveló.
En esta misma línea, declaró que "sentía que no podía confiar en nadie, lo cual es una sensación horrible especialmente cuando eres tan joven" y recordó que siempre había escuchado a la gente referirse a su madre como una "paranoica", pero que "no lo era, tenía miedo de lo que le estaba ocurriendo y ahora yo sé que me pasaba lo mismo".
El príncipe acusó además a los tabloides británicos de haber "incitado al odio y al acoso" en su vida privada, en un documento escrito divulgado en paralelo a su comparecencia en el Tribunal Superior de Londres.
El duque de Sussex, de 38 años y residente en Estados Unidos, afirma en el documento que reprocha a los medios haber "encasillado" a los miembros de la realeza, en su caso referido como "príncipe mujeriego, el fracasado, el marginado o, en mi caso, el idiota, el tramposo, el menor que bebe, el irresponsable que toma drogas, y la lista continúa".
Con relación a Diana, reconoció que haber averiguado que se efectuaron más de ocho pagos a investigadores privados sobre ella, lo hacen sentir "físicamente enfermo".