Dos semanas de inacción en Varas
A pesar de que hace 15 días ya se advirtió de las amenazas en la céntrica calle, no se ha conocido de ningún plan de seguridad.
En la edición del pasado 22 de mayo, El Llanquihue daba cuenta de las nuevas dificultades a las que se estaba enfrentando la historiada remodelación de la calle Antonio Varas en Puerto Montt, ya no por la falta de información sobre las cañerías subterráneas, el soterramiento de cables o el encarecimiento de los materiales, sino que por las amenazas que estaban recibiendo los trabajadores de la constructora por parte de algunas personas del comercio ambulante y otros sujetos indeterminados. Aparentemente, las intimidaciones pasaban por los problemas que representan los trabajos para el ejercicio del comercio ambulante, lo que estaba obligando a los operarios a buscar refugio o sencillamente a abandonar temporalmente las faenas.
De aquella denuncia, que se ventiló en una sesión del Consejo Regional (Core) y que motivó incluso el anuncio del gobernador, en cuanto a oficiar a Carabineros para que se preocupara del tema, han pasado ya más de dos semanas. En una ciudad normal de algún país normal, esa abierta irregularidad y contravención a la seguridad ciudadana habría despertado, primero, la inquietud de las autoridades de Gobierno y, segundo, una respuesta enérgica y oportuna para ponerle punto final a una situación que pone en riesgo a trabajadores y que, además, puede terminar ralentizando la conclusión de una iniciativa largamente postergada en la ciudad.
Pero nada de eso ocurrió. Esta semana, el representante de la empresa a cargo de las obras asistió a una reunión del Core y advirtió que las amenazas continúan, con el añadido, según relató el consejero Rodrigo Wainraihgt, que se habla ahora de una "mafia" que controla el sector, todo lo cual probablemente redunde en complicaciones para que se cumpla el plazo de entrega.
En estas dos semanas transcurridas desde el primer aviso y ahora, no se ha conocido ninguna acción de la Delegación Presidencial o alguna estrategia de Carabineros. Pese a las denuncias de amenazas, se sigue la vieja cantinela de que hay que hacer antes las denuncias, algo tan propio de una tradición burocrática que prioriza el documento antes que la acción.
La autoridad no debe pensar en esto únicamente en tiempo presente. Si ya hay inseguridad y "mafias" en el barrio, ¿qué pasará cuando la calle se abra?