CMN y obras paralizadas
Algo debe cambiar, y urgente, en la operación del Consejo de Monumentos Nacionales.
Un nudo. En eso se han convertido los hallazgos arqueológicos que se han realizado en seis obras de infraestructura pública en la región, las que a la fecha se encuentran paralizadas a la espera de los pronunciamientos del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN). Como bien saben quienes se desenvuelven en los organismos gubernamentales e instituciones municipales, esa espera se puede prolongar por demasiado tiempo, tanto que eventualmente pasen los años y la empresa que ganó la licitación ya no está disponible, o bien que el presupuesto ya no sirve por el encarecimiento de los costos y la disponibilidad de mano de obra.
Tal como se discutió en una sesión del Consejo Regional (Core) hace unos días, las iniciativas están frenadas, sin avizorarse en el futuro inmediato alguna respuesta efectiva del CMN, que, sea por sus recursos o sus procedimientos, está truncando el avance de obras largamente esperadas por la comunidad. Quizás si el más relevante sea, en este sentido, el del Hospital de Puerto Varas, en cuyo terreno se hallaron restos arqueológicos. Pero también está la Casa Pauly, en Puerto Montt, que avanzó hasta el 95% de lo proyectado y ahora espera el sueño de los justos del citado consejo.
A aquellas iniciativas se suman el baipás de Castro, proyectos habitacionales en Osorno y Maullín y la restauración de la Iglesia de Carelmapu, también en Maullín, que lleva años acumulando deterioro sin que desde el Consejo de Monumentos Nacionales parezca despertarse la más mínima inquietud. Como el centralismo todo lo nubla, sería conveniente aventurar una respuesta acerca de qué habría ocurrido si estos hallazgos se hubiesen registrado en alguna obra de importancia en la Región Metropolitana. Es casi seguro que el CMN hubiese actuado con mayor premura, qué duda cabe.
Frente a este trance, es menester que los parlamentarios de la zona comiencen a estudiar cambios legales al funcionamiento del Consejo de Monumentos Nacionales. Es impresentable que, sea la razón que sea, obras públicas de tanto valor queden en riesgo al no existir la capacidad operativa ni los plazos establecidos para que el CMN entregue una respuesta. Esto definitivamente está perjudicando las oportunidades de la región.