Carlos Ilabaca

Como una señal que demuestra escasa preocupación por los pueblos originarios, calificaron representantes de comunidades mapuche huilliche de la zona el que hasta la fecha la dirección regional Los Lagos de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) no cuente con un director o directora titular.

El cuestionamiento surge justo en medio de la conmemoración del Día Nacional de los Pueblos Indígenas, instancia que aprovecharon para reafirmar la vigencia de las principales demandas de las comunidades originarias.

El lonko José Paillahueque reconoce que, en la región, la reivindicación de tierras sigue constituyendo una de sus mayores preocupaciones. "Cada comunidad tiene diferentes demandas. Nosotros tenemos nuestra demanda frente a Frutillar, en la parte denominada como Villa Alegre. Esos fueron los territorios que nos usurparon en 1916, con el asesinato de mi bisabuelo, el cacique Juan Antonio Pailahueque, quien tenía a su cargo más de 10 mil hectáreas", recordó.

Su descendiente reconoce que durante los últimos 8 años han presentado los documentos a la Conadi en Osorno, en busca de lograr alguna reivindicación y sostiene que otras comunidades, en Fresia y Calbuco, han presentado demandas similares.

Teresa Paillahueque, quien pertenece a la misma comunidad, considera que los constantes cambios de autoridades en la Conadi regional han impedido avanzar más rápido en esta demanda. "Ha habido tantos cambios que no sabemos a ciencia cierta quién es el representante de la Conadi, porque ha habido puros subrogantes. Hoy día no existe una persona que tenga una responsabilidad clara a quien uno deba dirigirse. Obviamente que es una señal que significa un dejo a los pueblos originarios", afirma.

Al respecto, el seremi de Desarrollo Social y Familia en Los Lagos, Enzo Jaramillo, explicó que "sobre el proceso de nombramiento de director o directora regional de la Conadi, podemos informar que se encuentra en concurso de Alta Dirección Pública y en proceso final, por lo que tendríamos novedades en el mes de julio".

Declaración que no dejó conforme a Maribel Varas Loncuante, ex candidata a constituyente por los pueblos originarios desde la Región de Los Ríos al sur. "El problema es que no les está llegando la información a las comunidades. Al fin y al cabo no se están recogiendo las necesidades esenciales de las comunidades y esa frase 'estamos preocupados de nuestros pueblos originarios' solamente son palabras bonitas que tratan de seguir endulzando el oído de las comunidades", dijo. Ejemplificó lo anterior con un problema que enfrentan algunas comunidades mapuche en Chiloé, afectadas por una plaga del gusano de la tierra. "Necesitan subvenciones para frenar el impacto de esta plaga que contamina las semillas y amenaza con que pierdan su producción agrícola, pero cuando van a pedir ayuda al SAG los envían de vuelta a la Conadi", expresó.

El seremi Jaramillo puntualizó que desde el gobierno se trabaja en una agenda de reconocimiento y diálogo con los pueblos originarios a través de instancias, como la conformación del equipo regional del Programa Plan Vivir y de la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento, a cuya ceremonia asistió la delegada presidencial Giovanna Moreira.

"Nuestros ancestros dieron la lucha por la libertad de este país y no es justo que se nos estén negando siempre nuestros derechos"

José Paillahueque,, Lonko mapuche huilliche.

2021 el ex Presidente Piñera promulgó la Ley 21.357, que instaura como feriado cada solsticio de invierno en el hemisferio sur.

Wetripantu es el año nuevo para el pueblo Mapuche. Cada año marca el solsticio de invierno, el término de un año que renace nuevamente.

Por cierto, el año nuevo occidental -que celebramos como sociedad chilena en diciembre- paradójicamente tiene su origen en el solsticio de invierno del hemisferio norte, que estaba asociado también al renacer de la tierra. En su lugar, la celebración de San Juan recrea prácticas familiares y comunitarias que marcan ritualmente este cambio de ciclo.

Un aspecto importante es que este hito revela el entendimiento que tenemos sobre nuestro entorno y sus ritmos. Nuestros calendarios muchas veces están sincronizados con los de otras especies y elementos de la naturaleza.

Por ejemplo, el ciclo anual de trabajo de los pescadores demersales está sincronizado con el desplazamiento de cardúmenes de peces en el mar, que se acercan a tierra persiguiendo a las sardinas durante su período de reproducción. Los pescadores comprenden las señales de las aves marinas que anuncian, con sus gritos y vuelos, la posición de los peces, facilitándoles la captura.

Este conocimiento y práctica se ha heredado durante generaciones, y forma parte de la memoria biocultural pesquero artesanal y del calendario biocultural de este grupo humano.

A mayor escala, este mismo conocimiento les permite interpretar cambios en la temperatura del mar, vientos, lluvias, y en el comportamiento de los organismos marinos, para advertir que se aproxima un período del Niño o la Niña.

Esto les permite tomar decisiones sobre cómo organizar su ciclo anual de trabajo, y tomar resguardos preventivos. Pero no siempre sucede esto: los fenómenos de homogenización cultural, y la pérdida de vínculos con nuestros ecosistemas (ensimismados en una ontología naturalista que separa dicotómicamente a la cultura de la naturaleza) nos han hecho perder la capacidad de entendimiento hacia los ciclos naturales, ensimismándonos en calendarios que se basan -por ejemplo- en hitos comerciales.

La memoria

La gravedad de ello radica en que la memoria biocultural acumulada nos ha servido, durante siglos y milenios, para adaptarnos a cambios que pueden tener un efecto negativo en nuestras vidas.

Es por esta razón que nuestros calendarios bioculturales, esto es, nuestras sincronizaciones con el entorno y otras vidas nos permiten constatar que aun tenemos una conexión con el mundo. Los ritos, como el Wetripantu, son un acto de celebración por estas sincronizaciones que contribuyen a nuestro bienestar.

"El ciclo anual de trabajo de los pescadores demersales está sincronizado con el desplazamiento de cardúmenes de peces en el mar, que se acercan a tierra persiguiendo a las sardinas durante su período de reproducción. Los pescadores comprenden las señales"