Con la finalidad de desarrollar un prototipo de plataforma eólica flotante, cuyo diseño y el de sus componentes de fondeo puedan minimizar las aceleraciones generadas por el oleaje y por otras cargas ambientales sobre la turbina, contemplando soluciones innovadoras para su transporte, instalación y mantenimiento, el académico del Instituto de Ciencias Navales y Marítimas, Gonzalo Tampier, se adjudicó el proyecto del concurso ANID IDeA, versión 2023.

El investigador explica que, en la actualidad, la industria acuícola utiliza generadores diésel para abastecer de energía eléctrica a sus centros de cultivo. El proceso de engorda representa el 22,21% de emisiones de CO2 y se ha visto susceptible a la volatilidad del precio de combustible. Debido a ello, se busca desarrollar tecnologías que permitan, por un lado, mejorar aspectos operacionales de la industria y realizar cambios para cumplir con el tercer propósito de la política de transición energética de Chile 2050.

Este problema también afecta a distintas locaciones insulares y litorales que no están conectadas a la red de suministro de electricidad, y que en la actualidad obtienen energía eléctrica durante un tiempo parcial o total del día, a partir de la combustión de diésel, existiendo sólo en casos puntuales la combinación con fuentes de energía renovable.

Importancia a gran escala

La solución propuesta a través de este proyecto es "el desarrollo de una plataforma eólica flotante, proyectada para soportar una turbina de aproximadamente 100kW en su versión final, evaluada en el proyecto a escala 1:3; lo que permite la validación del diseño de la plataforma y de su sistema de fondeo. El desarrollo del prototipo permitirá validar, además, la operación y logística de este tipo de turbinas eólicas flotantes para ser aplicadas en la acuicultura como mercado nicho, y que en un futuro pueda también ser aplicado en locaciones insulares del sur de Chile", detalla el también doctor Tampier.

El experto agrega que "los desarrollos tecnológicos siempre tienen un riesgo inherente. Por eso es que las experiencias piloto a pequeña escala son tan importantes, nos permiten identificar puntos de falla y oportunidades de mejora".

En ese sentido, señala que "lo más complejo es lograr un desarrollo que funcione de manera eficiente, con un bajo mantenimiento y que pueda ser transportado, instalado y mantenido fácilmente. Además, tenemos que adaptar la tecnología a las condiciones locales de oleaje y a los servicios marítimos (embarcaciones, grúas, etcétera) disponibles en la región".

La iniciativa adjudicada corresponde a la categoría 'proyecto genérico', que busca que la solución a los desafíos abordados contribuya a generar potenciales impactos en los ámbitos económico (por incremen-