Violencia en Francia: investigan intento de asesinato contra un alcalde
DESÓRDENES. Desconocidos usaron un auto como ariete para atacar la casa de un edil de la periferia de París y tratar de quemarla. La abuela del joven fallecido por el que se iniciaron los disturbios, cuestionó el clima bélico en las calles.
La policía francesa investiga un ataque cometido durante la madrugada del domingo contra la casa del alcalde de L'Haÿ-les-Roses, una localidad de la periferia sur de París, Vincent Jeanbrun, y de su familia, utilizando un auto como ariete contra su domicilio.
Según explicó el propio Jeanbrun en un comunicado, el incidente se produjo alrededor de la 1.30 AM mientras él se encontraba en el Ayuntamiento trabajando, "como desde hacía tres noches" a consecuencia de la oleada de disturbios que atraviesa Francia.
Los atacantes usaron un vehículo para forzar la entrada en la residencia, donde se encontraban la esposa y los dos hijos del jefe comunal, y luego prendieron fuego para intentar incendiar la casa.
Al intentar escapar y protegerse de los criminales, la mujer y uno de los hijos resultaron heridos, comunicó Jeanbrun.
"No tengo palabras lo bastante fuertes para describir mi conmoción ante el horror de esta noche. Pero la única forma de hacer aceptable lo inaceptable es que no sea para nada", manifestó el alcalde, tras asegurar que su determinación de servir a la República es más grande que nunca.
Tras conocerse la noticia, numerosas personalidades políticas enviaron mensajes de apoyo a Jeanbrun, como el ministro de Economía, Bruno Le Maire.
La primera ministra, Élisabeth Borne, dijo mientras visitaba L'Haÿ-les-Roses, que "no dejaremos pasar nada. Estaremos al lado de los alcaldes".
Este ataque, que la policía investiga como intento de asesinato, tuvo lugar en el contexto de los disturbios que vive Francia desde el pasado martes y que se han traducido en ataques a edificios públicos de toda índole, desde bibliotecas a ayuntamientos, coches quemados y comercios saqueados.
Durante la misma noche del ataque, al menos 719 personas fueron detenidas, 45 policías resultaron heridos y hubo 871 incendios en la vía pública y desperfectos en 74 edificios, de acuerdo a los últimos datos oficiales disponibles.
Pese a lo abultado aún de las cifras, el Ministerio de Interior confirmó que fue una noche "más tranquila" que las precedentes.
Ayer el Gobierno francés desplegó, por tercera noche consecutiva, un extenso contingente de fuerzas de seguridad compuesto por 45.000 policías y gendarmes para paliar los disturbios que vive el país.
El detonante de esta oleada de altercados fue la muerte de un joven de 17 años y de ascendencia árabe llamado Nahel, que recibió un disparo mortal por parte de un policía cuando trataba de huir de un control policial en Nanterre.
Las imágenes del incidente, grabadas por testigos, desataron una fuerte indignación en el país, lo que derivó en disturbios, sobre todo en los barrios populares de las grandes ciudades y en el cinturón metropolitano de París.
La abuela de Nahel pidió ayer que se deje de utilizar a su nieto fallecido como pretexto para sembrar la violencia.
"Quiero al policía que mató a mi nieto, es todo lo que quiero. Los policías están ahí, felizmente están ahí, y a la gente que está destrozando, les digo: paren", recalcó la abuela del detenido, identificada como Nadia, en declaraciones al canal televisivo BFM.
También afirmó que los alborotadores están usando la muerte de su nieto como "pretexto" y entre lágrimas recalcó que él ya está muerto y que ni las escuelas, ni los vehículos ni los autobuses que están siendo vandalizados tienen la culpa.
"Confío en la justicia", añadió también la abuela del joven fallecido.