Obras en Varas en la incertidumbre
El peor de los escenarios para el municipio y los locatarios se cierne ahora con las dudas que hay en torno a la empresa.
Hasta ahora hay sólo rumores, unas señales por acá, otras por allá. Pero poco a poco se ha ido instalando esta semana el peor de los temores entre los locatarios de la sección de la calle Antonio Varas que se encuentra en obras de remodelación: aparentemente, la empresa que se adjudicó la licitación y que lleva un par de años con los trabajos, con varios contratiempos entremedio, se encuentra sometida a un complejo escenario financiero que a muchos les está haciendo dudar sobre su continuidad en la faena. Tal como se cuenta en esta edición, la firma en cuestión postergó el pago de sueldos y el alcalde prorrogó el término anticipado de contrato, a la espera de obtener mayores claridades sobre las definiciones que tomará la constructora.
De concretarse este escenario, esto es, que la compañía abandone la obra, sea por la razón que sea, pasaría a ser el peor de los panoramas para el municipio de Puerto Montt, que ve en esta obra la posibilidad de redimirse ante la opinión pública, en materia de infraestructura, luego de lo que fue el fracaso sonado de la pileta de la plaza de Armas, donde han abundado tanto los recursos asignados como las explicaciones para su reparación y nueva puesta en marcha. Más de tres años han pasado desde su fugaz funcionamiento, y hoy la malla que la rodea, cubre también las ineficiencias de una gestión que le ha costado millones de pesos al erario público.
Los principales damnificados de lo que al parecer será una nueva dilatación de los trabajos serán los locatarios de la calle Antonio Varas. Si la empresa se va, se iniciará otro proceso de asignación y la que llegue, difícilmente podrá estar en condiciones de cumplir los plazos pactados. Y así, por culpas que les son enteramente ajenas, los comerciantes habrán de someterse a más meses cerrados, y los que se atrevan a mantenerse abiertos, a seguir conviviendo con palas, picotas, ruidos y peatones que seguirán eludiendo esa zona.
Así como van las cosas, las obras de la calle Antonio Varas se han convertido en una triste pesadilla para la zona céntrica y sobre todo para quienes viven y trabajan en ese sector. Lo mínimo, si es que se da el peor escenario, es que el municipio idee fórmulas remediales para los afectados.