"Estoy convencido que hay que dedicarse a la educación prebásica"
"Estoy convencido que hay que dedicarse a la educación prebásica, porque en Chile tenemos un problema en la educación. Las primeras atenciones deben estar en salas cunas y jardines infantiles, para luego abordar la educación escolar, tanto básica, como media", planteó Hugo Lavados, nuevo rector de la Universidad San Sebastián, en su reciente visita a la sede De la Patagonia en Puerto Montt, respecto a los malos resultados que arrojó la prueba Simce en nuestro país.
Al respecto, quien retorna al puesto que desempeñó entre los años 2014 y 2018, postuló que es en esta fase de la educación es donde se debe invertir fuerte, sobre todo en los establecimientos estatales, de manera de disminuir las brechas que pruebas como el Simce dejan en evidencia.
Sobre los desafíos de su plantel, apuntó a profundizar los programas de posgrado y adelantó que abrirán en 2024 la carrera de Animación Digital, perteneciente a la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño.
-¿Qué reflexión realiza de los resultados del Simce?
-Si bien muestra una caída en los resultados, si uno mira para atrás tampoco el desempeño era el esperado. Eran malos, solo que ahora fueron muy malos y evidenciaron unas tremendas brechas en dos sentidos y en todos los establecimientos, incluyendo a los particulares pagados, en lo que uno considera un estándar bueno y adecuado para el mundo moderno. Pero también existen estas brechas en un promedio que no es tan bueno, entre los particulares pagados y de los demás y que juega en contra de quienes están en establecimientos estatales, municipalizados, que no todavía no se integran a los servicios locales de educación. Y es ahí donde encontramos un problema severo.
-¿Cómo abordan esta situación, dado que los resultados fueron malos para estudiantes que están cerca de ingresar a la educación superior?
-Los resultados de segundo medio, sobre todo en matemáticas, son muy deficientes, lo que tiene que llamar la atención de todas las universidades, porque esos muchachos en dos a tres años serán admitidos en los universidades y vienen con unos déficit de aprendizaje notables.
-¿Están preparadas las universidades para recibir a estos estudiantes?
-Todas las universidades que tienen una matrícula que podríamos denominar más inclusiva o más heterogénea, desde el punto de vista económico, lo que hacen es un ajuste de las materias a lo largo de la carrera, ya que de lo contrario lo que se genera es una tremenda frustración y una deserción en el primer año, lo que no es razonable.
Por lo mismo, el primer ciclo de las carreras que se considera de dos años para luego entrar a uno de más de formación profesional y luego una especialización, tiene que partir de la base de la realidad de los estudiantes. En nuestro país ello se hace y, aunque los programas digan una cosa, en la práctica pedagógica y en el aula, lo que se le puede exigir a los estudiantes es distinto.
-¿Cómo observa el debate constitucional referido a la educación?
-Lo que se ha conversado hasta ahora en esta nueva fase de elaboración de la nueva Constitución, es que tiene dejar marcada la cancha en términos de que la posibilidad y la necesidad que existe en un país, como Chile, de tener alternativas estatales y privadas. Ahora, hay una visión un tanto equivocada sobre la solidaridad y el que todas las personas tengan un nivel mínimo de satisfacción por el servicio que se les proporciona. Ello se confunde con quien provee los servicios, en circunstancias que, por ejemplo, muchas veces los colegios subvencionados tienen mejores resultados que los manejados por el Estado.
Hay mucho debate de lo estructural. El meter en los programas una enorme cantidad de contenidos ha jugado en contra de lo fundamental, que es que nos encontramos con muchachos que no tienen comprensión de lectura y no saben las operaciones básicas, lo que es tremendamente injusto.