Enfermedades cardiovasculares
Detectar a tiempo este tipo de patologías es crucial para que los pacientes puedan someterse a tratamientos oportunos.
Cada año en el mundo fallecen poco más de 17 millones de personas debido a enfermedades cerebro o cardiovasculares, lo que demuestra la importancia de la atención oportuna de las causas de estos males. En Chile, las enfermedades cardiovasculares son la causa de casi un tercio de los fallecimientos y por eso, agosto es el Mes del Corazón, con el fin de que las personas se preocupen de su cuidado y de la prevención de las enfermedades asociadas a ese órgano. Según el Ministerio de Salud, la mortalidad en Chile por enfermedades del sistema circulatorio presentó una baja entre los años 2013 y 2019, aunque en 2020 la mortalidad general subió de 147 a 149,2 defunciones por cada 100.000 habitantes, y la mortalidad en mujeres aumentó de 140 a 145,5 casos por cada 100.000 mujeres.
El principal riesgo de la enfermedad cardiovascular es que usualmente no presenta síntomas y que los hábitos cada vez más sedentarios de las personas, así como la mala alimentación y estimulantes, adquieren relevancia en estas patologías. Las enfermedades al corazón y al sistema circulatorio se han convertido en trastornos silenciosos, pero mortales. Sólo en el caso de la hipertensión, uno de los principales factores de riesgo, se presenta como uno de los desafíos de salud pública del país y eje para programas que buscan evitar muertes prematuras, debido a su difícil diagnóstico y a la prevalencia creciente.
La pandemia generó profundos efectos en el estado de salud de la población. Se ha documentado que el covid aumenta el riesgo de tener una enfermedad cardiovascular en la población susceptible, así como las personas con estas patologías tienen mayor riesgo de mortalidad y complicaciones post infección.
La reorientación de la atención en dicho periodo generó una disminución de las actividades preventivas y de pesquisa, así como de la cobertura de los controles de salud cardiovascular que, si bien mejoró hacia fines del año 2022, todavía no logra recuperar los niveles prepandemia. En este escenario, podría ser esperable que aumenten estas enfermedades y complicaciones asociadas, si no se logra la prevención, control, y seguimiento de los factores de riesgo.
Condiciones de vida saludable y la detección temprana son fundamentales para reducir la presencia de estas enfermedades.