Millonario déficit en el DAEM
Este departamento municipal de Puerto Montt se ha convertido en un agujero negro y a pocos parecierla importarle.
Aestas alturas, tiene todo sentido afirmar que el Departamento de Administración de Educación Municipal (DAEM) de Puerto Montt, del cual dependen decenas de escuelas y liceos de la comuna, se ha convertido en un verdadero hoyo sin fondo del municipio, que periódicamente tiene que estar inyéctandole recursos extra para permitir su funcionamiento, comenzando por el pago de remuneraciones para el personal. La última destinación de recursos se dio esta semana, luego que el Concejo Municipal aprobara, en votación dividida esta vez, la entrega de $1.400 millones. A este monto hay que agregar $1.478 millones visados en mayo y otros $500 millones en julio, totalizando a la fecha $3.378 millones adicionales a su presupuesto anual.
Dejando a un lado de la balanza la necesidad de que el DAEM continúe funcionando con normalidad, pues sería impensable tener profesores o asistentes de la educación sin remuneración o establecimientos sin calefacción (aunque esto último ya ha ocurrido), llama poderosamente la atención que un organismo de estas características, con todo el peso que implica para el desarrollo comunal y la responsabilidad que tiene sobre sus espaldas, haya llegado a este nivel de déficit financiero. Una evaluación básica debiera haber mostrado hace años que había un desajuste en el presupuesto. Baste recordar para estos efectos que la inyección de fondos extra no comenzó este año: en 2021 y 2022 se traspasaron $3.156 millones adicionales, sin que nadie del municipio haya adoptado oportunamente medidas concretas para establecer la dinámica de los ingresos y egresos.
Aquí hay responsabilidades de quienes han estado a la cabeza del DAEM, ciertamente (que por años estuvo extrañamente a cargo de un director subrogante), pero también del alcalde y los concejales de este período como del anterior, que no han sido capaces de ordenar financieramente su funcionamiento. A no ser, claro está, que se le hayan endosado obligaciones económicas particulares o que, como advirtió un concejal, se haya transformado en una agencia de empleos.
Enfrentados a este millonario déficit, se extrañan las responsabilidades políticas y un rol más activo de los parlamentarios de la zona, que han permanecido pasivos ante este enorme problema.