Fallido anuncio sobre la calle Varas
Los plazos que dio inicialmente el municipio para retomar la obra no se cumplirán, para pesar de quienes trabajan y viven en la zona.
Cinco a seis meses más. Ese sería el plazo adicional que experimentarán los trabajos de remodelación de la calle Antonio Varas, según confidenció el alcalde Gervoy Paredes la semana pasada en una reunión del Concejo Municipal de Puerto Montt, y que le colocan una verdadera lápida a las muy optimistas previsiones de la casa edilicia, que hace algunas semanas, luego de la quiebra de la empresa que se había adjudicado el millonario proyecto, se aventuró a afirmar que en noviembre se licitaría lo pendiente y que en febrero ya estaría todo concluido.
Para los comerciantes y vecinos de esta calle, el corazón comercial de la capital regional, significa mayor tiempo para enfrentar las complejidades de una obra que se ha convertido en una pesadilla, amén de una nueva dosis de incertidumbre. Aunque el municipio declaró en su momento que la nueva licitación por el 15% de lo que falta en la remodelación sería casi un mero trámite, ya se ha aceptado que aquello no será tal, pues de partida, la iniciativa debe considerar muy probablemente una inyección de nuevos recursos, dado el encarecimiento de materiales. Esto implica un nuevo proceso de evaluación de la obra en el Ministerio de Desarrollo Social y salir luego a buscar quién financiará lo que resta (bastante más que lo que se supone queda disponible), en un complejo momento económico (el proyecto se financió en su origen con recursos regionales).
Con estos antecedentes, los grandes afectados, los pequeños comerciantes de Antonio Varas, habrán de seguir cultivando la paciencia o, como ya lo han hecho otros, decidir cerrar o buscar nuevos emplazamientos. La incertidumbre ha sido la gran enemiga para su operación y decisiones de inversión. Los fallidos anuncios del municipio, todos teñidos de cierto voluntarismo, habrán de tomarse de aquí en más con mayor cautela. Las sucesivas ampliaciones de plazo que se le dieron a la constructora, la quiebra de ésta y los erráticos anuncios de reactivación de los trabajos han conspirado contra las certezas que requieren quienes viven y trabajan en esa zona.
Lo que se necesita desde ahora es celeridad, por cierto, pero también información cierta y contrastada. Demasiadas personas dependen de esto.