Victimización en el comercio
El número de locales afectados por la delincuencia en el país alcanzó el año pasado el número más alto desde 2008.
La delincuencia que afecta al comercio está en niveles históricos, según advirtió el estudio de victimización elaborado por la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC), que alertó hace unos días que durante el segundo semestre de 2022, un 60,1% de los locatarios fue víctima de algún delito, el mayor nivel desde 2008, cuando comenzó a elaborarse el indicador. El comercio es uno de los sectores más afectados por la delincuencia y junto con perjudicar a los comerciantes en su patrimonio y seguridad, también desalienta la inversión en la ampliación de establecimientos y en la iniciación de nuevos emprendimientos. Con ello también se limita el crecimiento de fuentes de empleo, lo cual agrega una notoria derivación social.
Los dirigentes del gremio han dicho que es evidente el aumento de la victimización y que lo más preocupante es que esta alza es generalizada en todo el país, con distintas magnitudes. El delito con mayor ocurrencia es hurto (25,8%), seguido por otros daños materiales al local (24,3%), lo que incluye destrozos, rayados e incendios, entre otros. Entre quienes fueron victimizados, un 58,4% no denunció ningún delito, debido a que ya en ocasiones anteriores no hubo resultados. Las principales barreras que frenan las denuncias se relacionan con que no confía en la eficacia de la denuncia o que es un trámite engorroso.
Este aumento de la delincuencia ha llevado a los comerciantes a reforzar sus medidas de seguridad, como la instalación de más cámaras de seguridad, alarmas, rejas y contratación de guardias, incrementando los gastos en seguridad.
La delincuencia es un tema que preocupa a los ciudadanos en general, y al comercio en particular, porque ven que, más allá del gobierno de turno, ésta no cede, por lo cual desde diversos sectores se hacen frecuentes llamados a las autoridades para que sea abordado de forma constante y persistente y no sólo en algunas épocas del año. Es evidente que se requiere de forma urgente una solución a nivel país, impulsada desde el poder central.
Muchas de las víctimas deciden no denunciar los ataques y robos que sufren, lo que es muy frecuente en el comercio minorista, pues estiman que no habrá resultados o porque lo consideran una pérdida de tiempo. Al no haber registros oficiales sobre ellos, pasan a integrar las "cifras negras de la delincuencia".