Desde años inmemoriales, civilizaciones antiguas utilizaron muchas plantas como medicamento, dependiendo de las dosis, preparaciones, forma de consumo, éstas podían poseer efectos beneficiosos. La cúrcuma y jengibre poseen una amplia popularidad por sus propiedades medicinales en las zonas territoriales entre China e India desde hace 2.500 años. En Chile se incorporaron como una especia conocida como curry, que es una mezcla de cúrcuma, azafrán, canela, cardamomo, cebolla seca, semilla de cilantro, comino, jengibre, mostaza, nuez moscada y pimienta. Además, la cúrcuma sola se utiliza con frecuencia para dar color a mostazas, mantequillas y quesos por poseer una resina de coloración amarillo intenso.
Ambos son parientes, es decir, poseen una misma genética dado que son rizomas denominación científica o raíces nombre común, con componentes que logran accionar mecanismos en nuestro cuerpo, disminuyendo procesos inflamatorios articulares en personas con artritis, con propiedades antioxidantes enlenteciendo señales de envejecimiento, además se han registrado mejoras en la concentración y memoria, pensado especialmente en adultos mayores; a la vez de mejorar el estado de ánimo y poseer efectos antibacterianos.
Existen variados estudios que han evaluado algunas dosis de consumo para verificar estos mecanismos de acción y han evidenciado efectivamente estas respuestas. Personalmente he desarrollado una revisión en la literatura científica que comprueba lo anterior mencionado. Por ejemplo, Ramsewak demostró que en dosis de 125 mg/día de cúrcuma en cápsulas, generó efectos de disminución sobre niveles de artrosis versus efectos de dosis de Aspirina, Ibuprofeno y Naproxeno. Por otra parte, Cox evidenció mejoras en la memoria de trabajo y el estado de ánimo, así como la posibilidad de aprender en individuos sanos durante 12 semanas de intervención con dosis de 80 mg/día curcumina. Pero existe más evidencia.
Como recomendación de inicio del consumo, para acciones antioxidantes, por ejemplo, puede ser la ingesta de una infusión natural tres veces al día, es decir rallar media cucharadita de raíz y verter agua caliente o incorporar una cucharadita de rizoma rallado en las preparaciones de cocina una vez al día. Otra forma de consumo recomendado para disminuir o evitar procesos inflamatorios sería la ingesta de cápsulas de concentrado de cúrcuma dos veces al día.
Sería importante que nuestra población evaluara la selección de sus alimentos y considerara incorporar en sus preparaciones de cocina o infusiones estas raíces. La evidencia científica nos dice que poseen un gran beneficio para nuestra salud; esto sería en reemplazo de aderezos muy procesados como mayonesas, grasas o bebidas gaseosas que van en desmedro de nuestra salud.