Mestizos
Los nuevos habitantes, aunque sean uno o un puñado, entregan su sello de sabor que suele caer en la gran olla comunitaria. Carlos Reyes, Director de viajealsabor.cl
Un francés preparando una ratatouille bien distinta a la de la película. Un noruego dando toques cremosos a un filete de salmón, mientras que turcos, iraníes, alemanes, austriacos y libaneses entregan secretos a la cámara mientras le dan vida a la segunda temporada de Cocinas del Mundo, serie web que muestra el aporte culinario de diversos migrantes repartidos por Llanquihue. La iniciativa de la puertomontina Corporación Cultural Diego Rivera muestra el fin práctico de la receta, pero también historias de vida y sobre todo, de integración a través de la comida.
Si no es la manera más perenne de sumar cultura al acervo de cada comunidad, está muy cerca de serlo.
Las entregas semanales conducidas por Frederic Emery, suizo por añadidura, permiten recordar lo esencial; que la comida va mucho más allá del mero acto de la ingesta. Significa de un lado poder compenetrarse con la naturaleza de un producto, en un territorio determinado, bajo los códigos de sabor que tal o cual grupo humano cría, paso a paso, bocado a bocado. Así ocurre en la Región de Los Lagos, donde los primeros humanos dejaron la huella del curanto hace más de 10 mil años. Desde allí se ha ido criando el gusto por mariscos, papas, algas, bayas y plantas de cada temporada -como en estos días con las nalcas-, por la cocción en piedras calientes o el penetrante influjo de lo ahumado.
Cada cierto tiempo y por diversos motivos, en el territorio aparecen saberes y sazones de otras culturas. Así tras los pueblos originarios llegó el sentir español y colada, la chilenidad centrina. Hace más de siglo y medio aparecieron los modos centroeuropeos y más adelante árabes, chinos, peruanos, venezolanos. ¿Algo más? El peso de la cultura dominante de Estados Unidos, a la distancia ha moldeado maneras de portarnos en la mesa.
Los nuevos habitantes, aunque sean uno o un puñado, entregan su sello de sabor que suele caer en la gran olla comunitaria. Un mestizaje constante, que a su vez reafirma un sentido común culinario. Así se aporta a explicar una consulta recurrente, justo a días de las Fiestas Patrias. ¿De qué hablamos cuando hablamos de comida chilena?