A los 91 años murió Fernando Botero, genio colombiano de las esculturas voluminosas
MÓNACO. "Llevaba cinco días bastante delicado de salud por una neumonía", dijo su hija. "Se fue en el momento indicado".
Agencias
A los 91 años falleció ayer el maestro colombiano Fernando Botero, el artista de las figuras voluminosas, "no gordas", como solía aclarar, una obra que lo convirtió en artista universal y que hoy está repartida en forma de pinturas y esculturas en museos y plazas de todo el mundo.
Su hija Lina Botero, en declaraciones a Caracol Radio, explicó que falleció en Mónaco ayer en la mañana: "Llevaba cinco días bastante delicado de salud porque había desarrollado una neumonía".
"Murió con 91 años, tuvo una vida extraordinaria y se fue en el momento indicado", expresó su hija, conmocionada, y lo recordó como una persona "que dedicó su vida a su país, que fue el tema de su obra artística".
Nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín, ciudad que ayer declaró siete días de duelo, Fernando Botero Angulo transitó por el arte contemporáneo y el moderno, pero fue su estilo figurativo, desarrollado a través de las suaves formas de figuras regordetas, el que le dio fama mundial.
"La palabra 'gordo' no le gusta nada, la desterraría; él es un pintor de volúmenes", destacó en marzo pasado Marisa Oropesa, curadora una exposición de Botero en Valencia, España.
Sus inicios
La carrera de Botero comenzó cuando se incorporó en su adolescencia como ilustrador al diario El Colombiano, el principal Medellín y uno de los más importantes de Colombia.
Esos primeros pasos le permitieron a los 19 años, en 1951, cumplir su primer sueño y realizar una exposición individual en la Galería Leo Matiz, de Bogotá.
Desde pequeño se interesó por la pintura y también por la tauromaquia, pues un tío suyo lo inscribió a una escuela de toreros y ese mundo está muy presente en su obra.
Sus primeras influencias artísticas fueron los muralistas mexicanos Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Antonio González Orozco, así como los retablos del barroco colonial.
En 1952, Botero recibió un premio que le permitió viajar a Europa. Así, logró desarrollar su vida artística en Florencia, Italia, donde estudió en la Academia de San Marco, o en la apacible localidad de Pietrasanta, donde vivió sus últimos años y en la que mantuvo abierto su taller.
El pintor y escultor también estudió en la Real Academia de Arte de San Fernando, en Madrid, y empezó a exponer en la década de 1960 en Estados Unidos, con una primera muestra en el Milwaukee Art Center.
También vivió en París, donde pasó buena parte del tiempo en el Museo del Louvre, y en Ciudad de México, lugar en el que pinta una mandolina volumétrica con la que abrió las puertas del estilo que caracteriza su obra.
Obras en todo el mundo
Sus obras están repartidas por decenas de ciudades del mundo, pero el hito que marcó su universalidad ocurrió en 2015 y 2016 cuando realizó su primera exposición íntegra y retrospectiva en escenarios como el National Museum of China de Pekín, en la plaza de Tiananmen, y el China Art Museum de Shanghái.
Consciente de la importancia de su obra, Botero donó gran parte de sus trabajos a su país y piezas suyas están repartidas entre el Museo Botero, en Bogotá; la Plaza Botero (Medellín) o en la Casa de Nariño, el palacio presidencial, donde están la escultura "La paloma de la paz" y la pintura monumental "La monja".
Botero ganó numerosos reconocimientos, entre los que destaca el premio Guggenheim en 1957, que le significó exponer en el Guggenheim Museum de Nueva York y ya hacerse un nombre internacional.
Otro hito en su trayectoria se ubica en 1961, cuando el MoMa de Nueva York adquirió "La Mona Lisa de doce años".
En 1969 realizó su primera gran exposición en la galería Claude Bernard de París y en 1972 en la Marlborough Gallery de Nueva York. Al año siguiente se trasladó a París, donde realizó sus primeras esculturas.
En abril de 2022, Medellín le celebró sus 90 años como un gesto de gratitud por iluminar con sus obras a una ciudad que estuvo en tinieblas por la violencia del narcotráfico.
Sus obras han protagonizado millonarias subastas, como en 2022, cuando la escultura "Hombre a caballo" logró en Christie's 4,3 millones de dólares.
Botero se casó tres veces. Su primera mujer fue Gloria Zea, entre 1955 y 1960, y tuvieron tres hijos. En 1964 contrajo matrimonio con Cecilia Zambrano, con la que tuvo a su cuarto hijo, Pedrito (1970-1974) y se divorciaron en 1975. Desde 1978 estaba casado con la pintora y diseñadora de joyas de origen griego Sofía Vari, quien falleció en mayo de este año.
Dolor incurable
Un momento que cambió su vida y su obra, ocurrió en 1974 cuando falleció su tercer hijo, Pedrito, de cuatro años, en un accidente de tránsito en Madrid en el que el artista casi pierde una mano.
El dolor -tanto físico como psicológico- fue tan profundo que este fatídico momento marcó una etapa compleja de su obra, de cerca de un año, en la que se dedicó única y exclusivamente a pintar a su hijo.
La última exposición antes de su fallecimiento, titulada "Sensualidad y melancolía" fue inaugurada el jueves en Murcia, España, para mostrar su evolución artística.