"Los alumnos hoy en día son muy curiosos y necesitan nuestra dedicación e inspiración"
La contadora auditora Paola Caamaño, también conocida como "la Profe Pao", encontró hace 26 años su vocación en la enseñanza y desde entonces no ha parado de derrochar alegría y promover el aprendizaje lúdico de sus alumnos.
Hija de un mecánico y una modista, como confiesa con orgullo, su pasión de profesora la llevó a hacer clases durante seis años en la antigua cárcel de Chin Chín, donde no sólo compartió sus conocimientos, sino que también aprendió de los jóvenes privados de libertad.
La docente del Colegio Salesianos de Puerto Montt fue distinguida entre más de 200 postulantes de todo Chile con el "Sello Canales", reconocimiento que otorga, la ONG del mismo nombre, el brazo educativo de Armasur.
-¿Qué significó para usted este reconocimiento?
-Un honor. Un privilegio de estar dentro de estos cinco finalistas y más encima recibir el premio al Sello Canales, que es un sello bien importante porque la ONG Canales trabaja bajo pilares muy fundamentales, como es la conexión entre la educación superior, la empresa, con el Ministerio de Educación. Entonces, recibir ese premio porque cumplo ese perfil, fue espectacular.
-¿Cómo vivió usted el proceso del concurso?
-A mí me nominaron mis alumnos y ex alumnos. Luego, recibí un correo contándome esto y con algunos testimonios. Posteriormente, uno tiene que llenar una ficha, como un curriculum de todas las cosas que uno hace y ahí yo pude evidenciar a través de fotografías, de testimonios de alumnos, que todo lo que la ONG pedía yo lo realizó en el aula. Porque lo que yo trato de hacer en el aula es invertir el aula, en el fondo el alumno es su propio motor del aprendizaje, yo solamente los guío.
-¿Fue emocionante leer de sus propios alumnos estos testimonios?
-Si, demasiado. Porque te dicen cosas tan lindas. Por ejemplo, un chiquillo me decía que gracias a usted yo seguí la carrera, fue mi fuente de inspiración; ahora yo soy profesional. Otro me mencionaba que yo fui un apoyo fundamental en sus periodos de crisis emocionales en el colegio, entonces todo eso te va llenando el corazón.
-Al recibir la distinción, ¿qué imágenes o recuerdos pasaron por su mente?
-Me acordé de un alumno que siempre me dice: "esta señora me cansa, esta señora me estresa", porque esa es su forma de demostrarme su cariño. Me acordé de él, que es Martín, y de una alumna que siempre me dice: "profe, yo la quiero mucho porque usted me enseña cosas que el día de mañana me van a servir porque yo quiero ser abogada". Y ella en este momento está estudiando Derecho y le ha ido súper bien.
Clases en la cárcel
¿Cuánto tiempo lleva haciendo clases?
-Yo llevo 26 años haciendo clases. Partí como docente en el Liceo Comercial de Puerto Montt, después paralelamente hice clases en el Naciones Unidas y en el Colegio Salesianos. Y después con el tiempo decidí renunciar al Naciones Unidas y me quedé con el Comercial porque me ofreció un proyecto para hacer clases en la cárcel cuando era Chin Chín. Ahí estuve como seis años con todos estos jóvenes privados de libertad, haciéndoles clases de administración y de pyme, para que el día de mañana cuando ellos pudieran salir tuvieran una fuente de ingresos.
-De esa experiencia, me imagino que guarda diversas historias de éxito
-Si. Ahí tengo las mejores experiencias, porque me pasaron muchos chascarros dentro de mi docencia como profe, porque nunca vi a mis alumnos como personas que habían cometido un delito, para mí eran alumnos normales y yo era de las profes que, como sabía que ellos no tenían la oportunidad de comprarse un chocolate, siempre llevaba algo para compartir con ellos, y hacer una clase distinta y más amena.
-¿Algunos de esos chascarros se pueden contar?
-El primer día que entré trabajar, en Gendarmería me dicen: "Sabe profesora, entre por el pasillo…" y me mandaron sola. Después me doy cuenta que me cerraron la puerta con llave y con 25 alumnos privados de libertad, eso sí habían tres mujeres, pero yo me pasé mil rollos. Ellos se dieron cuenta y me dijeron que no tuviera miedo, que ellos solamente querían recibir mis conocimientos, conocer a gente nueva y enriquecerse personalmente.
-¿Cuál es su forma de relacionarse con los alumnos, de preparar las clases?
-Cuando enseño contabilidad, los insto a aprender el plan de cuentas con un juego, como un ludo o bingo y hago competencias; en el fondo les estoy enseñando contabilidad pero de una forma distinta. Trato de motivar al alumno a que haga las cosas de forma entretenida.
Contabilidad ayer y hoy
-¿Ha variado mucho la carrera en 23 años?
-Sí. Yo soy del profesor que no trabajó en un computador, ahora uno aprieta un botón y tenemos un balance listo. Pero me he ido adaptando, he sido una profesora que ha ido estudiando, preparándose, no me he quedado obsoleta en el tiempo, porque siento que tengo que ir a la par junto a los alumnos.
-Hoy tenemos en el mercado empresas que ofrecen software de contabilidad, la propia inteligencia artificial ha facilitado los procesos. ¿Cree que esta carrera pueda quedar obsoleta?
-No, nunca va a quedar obsoleta. Siempre una empresa va a necesitar de un asesor para poder crearse como empresa y para eso estamos nosotros, los profesionales del área.
Estoy formando jóvenes que pueden perfectamente crear pymes, pueden trabajar con ese agricultor que no sabe cómo generar su propio negocio y ellos no tienen la tecnología a mano aún.
-¿Su vocación docente ha estado influenciada por apoyar a alumnos vulnerables?
-Yo soy hija de un colegio municipalizado, por lo tanto, por qué no voy a poder apoyar a todos estos jóvenes que necesitan de una carrera previa para llegar a tener lo que quieran el día de mañana.
Yo soy hija de un mecánico y de una modista y llegué a tener una formación profesional gracias al trabajo y al esfuerzo de mis padres, lo mismo mis hermanos.
Para mí lo esencial ayudar al más desvalido, al que te necesita, al que no tiene los recursos, para mí eso es fundamental y creo que es lo que más me llena mi corazón.
-¿Qué mensaje le deja usted a profesores que están recién comenzando o definiendo su vocación, desde la mirada de la experiencia?
-Que la educación hoy día no es fácil, que hay que conocer a los alumnos, hay que entenderlos, porque los alumnos hoy en día son muy curiosos y necesitan de nuestra dedicación e inspiración, y ellos son el motor de nuestra labor como docentes, por lo tanto debemos ser capaces de entender.
"Cuando enseño contabilidad, yo les digo a los chicos que vamos a aprender jugando. Los insto a aprender el plan de cuentas con un juego. En el fondo les estoy enseñando de una forma distinta".