Aporte evangélico y protestante
En el mundo educacional y en la labor de rehabilitación en las cárceles es donde ambas confesiones han tenido un gran rol.
Con un feriado nacional el pasado viernes, se conmemoró el Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes de Chile, celebración que se realiza cada 31 de octubre, sin embargo, este festivo se traslada de día si cae en martes o miércoles, como ha ocurrido en el presente año. En esta oportunidad, se recuerda que el 31 de octubre de 1517¿, Martín Lutero clavó sus "95 tesis" en la puerta de la iglesia de la ciudad alemana de Wittenberg, marcando con ello sus diferencias con la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, institución oficial a nivel religioso en aquella época. A partir de esa acción, se inició el proceso de reforma y ordenamiento religioso en el mundo, que ha desencadenado el persistente crecimiento del protestantismo.
La iniciativa de instituir un festivo para la celebración de las iglesias evangélicas y protestantes en Chile no estuvo exenta de problemas, ya que se criticó el alto costo que tendría la instalación de un nuevo feriado legal. La llegada del evangelismo a Chile data de mediados del siglo XIX, gracias a la inmigración de alemanes e ingleses, que trajeron al país sus creencias luteranas y anglicanas, respectivamente. Sin embargo, el gran poder que tenía la Iglesia Católica y su relación con el Estado no permitió su desarrollo. En 1883 se aprobaron en el país las "leyes laicas" y en 1909 nació la Iglesia Metodista Pentecostal, la que tiene mayor cantidad de fieles. Pero no fue hasta después de 1925, gracias a la separación oficial del Estado y la Iglesia Católica, establecida en la Constitución de ese año, que la población evangélica comenzó a aumentar.
Es muy importante el rol social que han cumplido evangélicos y protestantes, así como el porcentaje significativo de sus fieles, un 15,1% de la población, de acuerdo con el censo de 2002, y luego 16,6% según el censo de 2012. El aporte no sólo debe considerarse desde el punto de vista de la ramificación de sus templos en todos los rincones del país, sino también en otros ámbitos del quehacer nacional, como los colegios que tienen y administran. Han desarrollado una importante labor, solidaria especialmente, con los sectores más vulnerables de la sociedad. Aparte de proyectos educacionales con sus colegios, han trabajado en la reinserción social, con una fuerte presencia en las cárceles para contribuir a rehabilitar a quienes han delinquido.