Correo
Delitos contra la fe pública
En los últimos años hemos normalizado la discusión sobre delitos contra la buena fe pública casi al nivel de anécdotas simpáticas de administración. Hemos transformado en un paseo de empresa el enriquecimiento ilícito, el tráfico de influencias, falsificaciones etc. Si a ello sumamos un sistema de investigación penal carente de normativa radical concreta, más un Ministerio Público colapsado de trabajo y desconfianzas, el menú con plato de fondo de corrupción está servido.
A esta altura no sorprende revisar análisis que sólo buscan explicar los lamentables efectos de lo anterior o sorprendernos con fiscales "allanando" departamentos públicos con prensa en directo, sumado a la guerra de declaraciones con procesiones de intenciones de buena fe o juramentos de honor de imputados. Seamos concretos, debemos establecer de una vez por todas que los mecanismos de combate contra la corrupción y atentados a la buena fe pública, resultan insuficientes, lentos y muchas veces carentes de explicación, lo que sigue aumentando la desconfianza ciudadana sobre las instituciones. Nuestra región, transformada en una segunda capital en estas materias, mantiene una lucha por el oro bastante estrecha. Es inexplicable que en casos que requieren solución oportuna y diligencias de alto estándar no tengamos fiscales exclusivamente dedicados.
¿Cómo es posible que el fiscal que investiga el Caso Fundaciones también sea titular en la investigación contra el alcalde de Puerto Montt y varios funcionarios? Como no tenemos una respuesta clara, me cabe admirar la polifuncionalidad y nervios controlados del colega, sumado al atraso evidente por pandemias, estallido social, nombramiento de nuevos fiscales, elecciones y varios etc.
Podríamos establecer la solución irracional de pretender que la ciudadanía fiscalice, pues a este hecho solamente recordar que en Chile el voto se debió establecer como obligatorio y que los índices de desconfianza en las instituciones son los más grandes de la historia. A eso súmele que estamos frente a una crisis cultural que afecta a algunas de nuestras autoridades.
Estamos frente a un círculo vicioso en el cual la buena fe pública se encuentra atrapada entre la falta de voluntad política y el descrédito con desconfianza de la ciudadanía en general. Sólo un acuerdo nacional nos permitirá librar verdaderas batallas contra la corrupción, lo cual resulta baste poco probable en nuestra región, revisando el presente y pasado de alguna de nuestras autoridades. Esto no es un problema de una institución, es un problema de Estado y es ahora.
Óscar Montecinos Campos, abogado
Plebiscito y responsabilidad
Y llegó el día. Tenemos nuevo texto constitucional con la entrega realizada el martes. Lo que nos queda claro a todos los chilenos es hacer realidad el gran trabajo de los consejeros constitucionales. Para esto es necesario entender, pensar, ¿qué es lo mejor para nuestro país a la hora de sufragar el próximo 17 de diciembre, considerando la actual realidad que vivimos como sociedad chilena?
Por eso creo que es muy importante que a la hora de tomar dicha decisión, tiene que ser con toda responsabilidad y racionalidad correspondiente, porque después del 17D no habrá marcha atrás. Informarse es elemental para no arrepentirse y no escuchar lamentos, como los que vemos hoy. Leer y consultar es mi consejo, antes de emitir el voto y no dejarse llevar por la campaña de desinformación, de la que somos testigos quienes nos regimos por medios masivos, especialmente los jóvenes.
No se dejen llevar por la campaña del terror que profana en contra del tremendo esfuerzo que ha significado no sólo para constituyentes, sino también para todos los chilenos que debemos obligatoriamente a concurrir a las urnas y finalmente para el país, por el alto costo de cada plebiscito.
Luis Hernández Soto
Mejor propuesta
Es curioso que quienes promovieron el texto de la fracasada Convención Constitucional hoy estén interpretando únicamente de manera torcida el texto propuesto por el Consejo para llamar a votar en contra. Es entendible que el PC y el FA estén incómodos con este proyecto, pues proscribe constitucionalmente la violencia como método de acción política.
Veamos la propuesta: el texto del Consejo moderniza el Estado, perfecciona su actuar dándole un rol robusto, con progresividad y sujeto al principio de responsabilidad fiscal, garantiza la participación de la sociedad civil en los problemas públicos, reconoce a los pueblos indígenas, asegura y mejora la participación de las mujeres en política con paridad, reestructura el sistema político para devolverle a Chile un alto grado de gobernabilidad, no más pitutos para familiares de autoridades públicas, protege la propiedad de los ahorros previsionales, protege la vida de quien está por nacer sin dejar inconstitucional la normativa vigente, asegura el derecho a la cultura, a la vivienda adecuada, condena el terrorismo y reconoce especialmente a sus víctimas, avanza en un Estado social y democrático de derechos y libertades responsable y eficaz.
Los chilenos no deben dejar engañarse por quienes llamaban a rehacer a Chile de cero, el texto del Consejo es mejor que la Constitución actual y es superior a la propuesta anterior.
Alonso Rivera, Nuevas Generaciones de la UDI
Plebiscito informado
Normalmente, los ciudadanos votan motivados por emociones más que por razones, muy influidos por la propaganda hecha en las franjas electorales. A fin de propiciar que ellos voten lo más informada y racionalmente posible en el plebiscito constitucional del 17 de diciembre, sería deseable que destacados constitucionalistas elaborasen -con la mayor objetividad posible- una lista de los pros y de los contras (o cuadros comparativos de las ventajas y desventajas, o de los efectos, o de la conveniencia o inconveniencia) de las diversas disposiciones de los dos textos constitucionales en pugna.
Adolfo Paúl Latorre