Cáncer de próstata: chequeos desde los 50 años son claves en sus posibilidades de curación
El factor de riesgo más determinante en el cáncer de próstata es la edad. Esta neoplasia, la número 1 en hombres, tiene un estrecho vínculo con el envejecimiento de la población.
Su incidencia va en aumento desde hace por lo menos dos décadas, dice el Dr. Sebastián Iñiguez, urólogo y cirujano oncólogo del Instituto Oncológico FALP. Esta situación coincide con la mayor expectativa de vida y envejecimiento de nuestra población. El riesgo crece a partir de los 50 años y de ahí la importancia de que los hombres, cumplida esa edad, se realicen anualmente el test de antígeno prostático específico (PSA) y el examen de tacto rectal. Principalmente, porque esta enfermedad es asintomática en etapas precoces y, sin pruebas mediante, no hay modo de saber que se tiene cáncer. Habiéndolo detectado en esas fases tempranas, existen opciones realmente curativas, por sobre el 90%.
"El antígeno prostático es una proteína que es específica de la próstata -detalla el Dr. Iñiguez-. No es específica de cáncer de próstata, porque se puede elevar por otras condiciones, pero hasta el momento es la mejor herramienta disponible para poder pesquisar tempranamente este cáncer. Siempre debe ir asociado al tacto rectal, porque hay un pequeño porcentaje de cáncer prostático que no va a elevar el antígeno y que solo es detectable con un tacto rectal alterado".
En general, esta recomendación es para hombres entre los 50 y los 75 años. Sin embargo, personas que tengan antecedentes familiares de primer grado -padres o hermanos- con historia de cáncer de próstata deberían examinarse a partir de los 40. Otro factor de riesgo tiene relación con la raza: la población afroamericana desarrolla más esta enfermedad que la caucásica. Además, hay un vínculo entre esta patología y ciertos cánceres de mama, de ovario y de endometrio, con los que comparte las mismas alteraciones genéticas.
"Un grupo muy pequeño de hombres va a presentar cáncer de próstata antes de los 50 -aclara el Dr. Iñiguez-. En los últimos años se ha visto cada vez más que el componente hereditario en estos pacientes jóvenes gatilla una enfermedad más agresiva, y en ellos hay que enfocarse para que inicien antes su tamizaje".
Sintomatología
La próstata es una glándula del sistema reproductor masculino que está ubicada debajo de la vejiga y delante del recto. Desempeña un rol importante en la producción de semen, fluido que transporta y nutre los espermatozoides.
En hombres jóvenes es una glándula relativamente pequeña, con forma de castaña, pero tiende a aumentar de tamaño con la edad, lo que puede causar problemas urinarios, como la hiperplasia prostática benigna o, en casos más graves, el cáncer de próstata. En muchos casos, la neoplasia crece lentamente y se mantiene limitada a la glándula, lo que otorga mejores posibilidades de un tratamiento exitoso.
Este cáncer presenta sintomatología una vez que está avanzado. Cuando se ha extendido fuera de la próstata o se ha diseminado hacia otros órganos del cuerpo -habitualmente ganglios de la parte posterior del abdomen o el tejido óseo- puede causar dolor en los huesos, hematuria (orina con sangre) u obstrucción urinaria.
En Chile, según el registro de Globocan, la incidencia de esta patología es de más de 8 mil nuevos casos al año, siendo el cáncer más frecuente en nuestro país, "pero se proyecta que en 2040 esta cifra se duplicará", sostiene.
Tratamientos
Un antígeno prostático y/o tacto rectal alterados permiten orientar el diagnóstico, pero se debe hacer un estudio adicional. Lo que actualmente se recomienda es una resonancia magnética de próstata, explica el Dr. Iñiguez: "Porque es un examen que permite determinar si corresponde realizar una biopsia de próstata y en qué zonas de esta debe focalizarse. Los resultados que entrega la biopsia permiten confirmar el diagnóstico y, en la mayoría de los pacientes, con ella y la resonancia magnética ya se obtiene la información necesaria para poder establecer un tratamiento". Este puede ser desde una cirugía radical o radioterapia -como métodos curativos- hasta una terapia de privación androgénica para bloquear la testosterona, radioterapia y quimioterapia -como estrategias de manejo en estadios más avanzados-.
"El tratamiento del cáncer de próstata localizado, ya sea con cirugía o con radioterapia, puede deteriorar la calidad de vida de los pacientes, generando ciertos niveles de disfunción eréctil y/o incontinencia urinaria en algunos de ellos -comenta el Dr. Iñiguez-. Estudios muestran que con la cirugía mínimamente invasiva o con radioterapia avanzada la posibilidad de efectos adversos a nivel urinario y sexual disminuye". En FALP, por ejemplo, se utiliza el sistema robótico Da Vinci Xi, que permite una visualización en 3D de toda la pelvis. "Es una cirugía con una precisión bastante fina, con bajas tasas de sangrado y dolor posoperatorio, además de una corta estadía hospitalaria -describe el especialista-. Los pacientes se van de alta a las 24 horas".
Lo ideal es actuar siempre de manera anticipada. En este caso, el inicio de los chequeos a partir de los 50 años puede significar que las posibilidades de curación sean exitosas.