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bios, el Tribunal Constitucional. Desde el punto de vista de los principios, de los derechos fundamentales, creo que hay un avance. También desde el punto de vista de la estructura jurídica, orgánica, lo que se llama la sala de máquinas, ha resultado bastante. Como digo, no es algo extravagante, por lo tanto, no es una Constitución perfecta.
Ahora, la pregunta es, ¿hay Constitución perfecta? Creo que no. Las constituciones son fruto de momentos, de momentos históricos. Entonces, todas son perfectibles. Yo no me amarraría como en piedra de esta Constitución diciendo que es perfecta, pero es una constitución viable. Es una Constitución con sentido común. Tiene sentido común.
-¿No es demasiado conformista decir que no existen las constituciones perfectas como argumento para votar a favor?
-No, yo creo que hay que ser realista.
-¿Pero pudo ser mejor?
-Siempre pudo haber sido mejor, pero también siempre pudo haber sido peor. Entonces, ¿qué es lo que hace uno en materia constitucional? Uno compara y este texto es muy superior a la actual Constitución, llámensele del 80 o del 25, es muy superior. Es muy superior también a lo que presentó el texto propuesto por la Convención Constitucional el año pasado. Y no es ser conformista, sino que es ser realista, y el realismo nos exige que, en primer lugar, resolvamos esta discusión que lleva muchos años.
La gente la exige a las clases políticas, a las élites políticas y creo que así lo va a expresar y por eso va a ganar el "A favor". El "A favor" va a ganar por sentido común, porque necesitamos ya una Constitución. Necesitamos establecer ciertas bases para que mejore la economía, bases también para que discutamos otros temas. Para que discutamos de una vez por todas el tema de las pensiones, que de una vez por todas resolvamos el tema de la salud. Eso es lo que se necesita. Resolvamos de una vez por todas el tema de esta centralización de la educación que hay a través de estas agencias entre comillas regionales, pero que de regionales no tienen nada, porque están absolutamente centralizados por el gobierno central. Lo importante es que este texto de verdad establece una buena cancha donde todos pueden correr.
-Hay varias voces de izquierda y de derecha que han manifestado que era mucho mejor lo que hicieron los expertos que lo que finalmente salió al Consejo. Que era más transversal, que era más sensato, que dejaba mucho más abierta la cancha a la discusión del debate democrático.
-No necesariamente. Hubo materias que no desarrolló. Las materias de salud simplemente no las desarrolló y las dejaron un poco el debate de lo que venía del Consejo Constitucional. Hay ciertas materias que tampoco resolvió en temas de negociación colectiva. Si uno hace un análisis en general, un 70-80% de lo que tiene el texto de los expertos se recoge en esta propuesta. Primero, el sistema de gobierno. Se mejora incluso. Los expertos establecían un sistema en que había un plebiscito revocatorio a la ley. Era bien discutido y eso se derogó. O sea, tampoco era tan perfecto. En materia de acción tutelar, son similares. En la descentralización unitaria, o sea, en el Estado unitario descentralizado, también. También había un Estado social y democrático de derecho. Yo no veo tan grande diferencia, lo que pasa es que la gente se queda con el tema de las contribuciones y la expulsión inmediata de los inmigrantes. O el "que" o el "quien" (está por nacer). Pero en lo demás, en la estructura de derechos fundamentales, principios de derechos y la estructura de la sala de máquinas, lo encuentro bien similar.
-¿En qué se avanza?
-Yo creo que esta Constitución va a generar debate y discusión en el Legislativo, que es lo que corresponde. En ese sentido a mí me deja bastante tranquilo. Y va a ser en definitiva la voluntad popular expresada en el Congreso Nacional la que va a decidir un rumbo u otro. Voy a poner un ejemplo. El Estado Social Democrático de Derecho. Veamos los derechos prestacionales. Los derechos sociales tienen ciertas características, es lo que establece la Constitución. En primer lugar, aumentan los derechos sociales de salud, educación, seguridad social. Se le agrega vivienda digna y el derecho preferente al agua, y también al saneamiento. Hay un derecho preferencial. Ahora, eso lo va a establecer la ley. La ley establecerá las condiciones y requisitos donde en algún momento el Estado va a tener que expropiar. No me cabe la menor duda. Porque la propuesta dice que la ley establecerá la manera para proveer, por ejemplo, de agua a ciertas poblaciones, a ciertas comunidades.
-¿En qué cosas no quedó usted conforme?
-Si usted me apura, yo habría sido más explícito en establecer un componente de solidaridad en los derechos fundamentales, que está en el artículo primero. Pero habría puesto un énfasis en eso. En el Poder Judicial quizá habría puesto alguna mayor presencia en la Corte Suprema en la fórmula de nombramiento de los jueces. También en cuanto al Tribunal Constitucional me gusta la manera de designar sus integrantes, pero quizá le habría rebajado las potestades que tiene. Son muchas. El Tribunal Constitucional va a ser fundamental por la cantidad de potestades que tiene de control tanto de la ley como del control también de algunos decretos. En general yo encuentro que es un buen texto, el número de artículos es un exceso. Hay muchos artículos transitorios.
-Hay varios expertos que desde la técnica jurídica han dicho que hay muchas reiteraciones.
-Hay mucha reiteración que se podría haber evitado.
-¿Eso alcanza para definirlo como maximalista, por ejemplo, como se ha etiquetado?
-No, no. Es que maximalista significa que tiene posiciones muy extremas. No es maximalista, es exceso de verborrea, exceso de verbo. Se podría decir eso. Había un jurista antiguo que usaba el término "palabrero". Tiene muchas palabras. Pero por ahí yo haría más la crítica. Es grande, 50.000 palabras es mucho. La extensión de palabras me da la impresión que tiene por finalidad dejarle poco espacio al intérprete, porque si no fuera así, los tribunales son los intérpretes de la Constitución, particularmente el Tribunal Constitucional, pero también la Corte Suprema. La Corte Suprema tendría mucho más espacio para interpretar la norma.
-Los expertos de la DC, su antiguo partido, opinan todo lo contrario que usted, llamando a votar "En contra". ¿Tan lejanos están ahora?
-He leído dos tipos de análisis. Uno de juristas, que respeto mucho. Incluso participaba en esa comisión constitucional, y gente que yo le tengo una gran estima y gran cariño, sus comentarios son similares un poco a las críticas que he mencionado. Muchas cuestiones se dejan a las leyes. Por el otro lado también hay también ciertas críticas, pero por sobre todo políticas. Lo que más he escuchado, más que ir al punto focal del texto, es decir que este es un texto que lo construyeron los republicanos, que este es un texto que por eso es partisano. Pero si uno hace un análisis serio y objetivo, sin lugar a duda que hay una mayoría que era republicana, pero es injusto decir que es un texto partisano y que tiene un solo color republicano. Tiene algunas señales, eso sí.
-Usted mismo dijo en otra entrevista que era un poquito identitario. ¿En qué lo es?
-Por ejemplo, en poner un acento especial en todo lo que es el combate en materia de delincuencia, pero por otra parte también es una realidad que en Chile existe un problema grave con ese tema. Ahora, ¿eso da para un capítulo que habla de la Defensoría de las víctimas? Del punto de vista de la perfección del texto, de los textos constitucionales y del derecho comparado, no es necesario ponerlo en la Constitución. Pero sí, en ese sentido obedece mucho una identidad que está viviendo el país hoy día y que particularmente lo han levantado más los sectores de derecha y extrema derecha. En ese sentido, puede ser así. El tema de la inmigración también, el que diga que será expulsado inmediatamente. Son palabras grandilocuentes. Uno podría decir que hay grandilocuencia, pero no es que haya mayores o menos derechos. Uno podría decir más que es identitario con el momento que vive Chile, es identitario con ciertas banderas.
-El senador Rojo Edwards dijo que está en contra porque va a estar 10 años discutiendo la Constitución si es que se aprueba. ¿Sería así?
-Creo que no. El senador Edwards no ha leído bien la Constitución. Los artículos transitorios establecen plazos de envío de los proyectos, de tal manera que hay una estructura con calendario que indica que en determinado tiempo hay que enviarlos. Además, como es evidente, una Constitución requiere nuevas leyes. Creo que sería lamentable para el país mantener la Constitución, como decía Boric, de los cuatro generales.
-¿Y esa sería una razón suficiente para decir aprobar?
-No es suficiente, pero es una buena razón. Va a imperar el sentido común.
Esta semana el Consejo constitucional entregó la propuesta de texto de carta Magna que se plebiscitará el 17-D al presidente Gabriel Boric.
"Si uno hace un análisis serio y objetivo, sin lugar a duda que hay una mayoría que era republicana, pero es injusto decir que es un texto partisano y que tiene un solo color republicano. Tiene algunas señales, eso sí".
"Uno compara y este texto es muy superior a la actual Constitución, muy superior también a lo que presentó la Convención Constitucional el año pasado. Y no es ser conformista, sino que es ser realista".