Elección de carrera: ¿una decisión vital?
Felipe Rivera , Jefe de carrera de Psicología de la Universidad Santo Tomás Puerto Montt
Por estos días, muchos jóvenes están terminando la educación media y están pensando qué harán en los próximos años. Algunos de ellos optarán por iniciarse en el mundo laboral o tomarse un periodo sabático y otros, cerca de un millón trescientos mil personas (según cifras oficiales año 2022), decantarán por continuar sus estudios en alguno de los diferentes centros de educación superior disponibles en nuestro país. Para quienes optan por los estudios, la decisión sobre qué carrera seguir no siempre es fácil y dependerá de múltiples factores, entre los que destacan la situación económica, las posibilidades de estudiar cerca del hogar, las propias expectativas y de las personas cercanas y, por supuesto, la cercanía o predilección que se tiene por ciertos temas. Alinear estos diferentes elementos puede transformarse en un importante desafío que puede generar momentos de ansiedad y estrés significativos que es necesario afrontar. A continuación, exploraré algunas de posibilidades que pueden ayudar a quien está en esta situación. La elección de una carrera, pese a lo que parece, no es una decisión vital. Es importante, pero no de vida o muerte.
No obstante, la presión social y las expectativas familiares a menudo magnifican la importancia de esta decisión, haciéndola parecer una determinante crucial para el futuro bienestar y éxito en la vida. Sin embargo, vivimos en una era de cambio constante y aprendizaje continuo, donde la flexibilidad y la adaptabilidad son más valoradas que nunca. La trayectoria profesional de una persona ya no está necesariamente definida por la elección de una carrera en su juventud, sino más bien por su capacidad para aprender, crecer y adaptarse a lo largo del tiempo. Es crucial entonces, cultivar una perspectiva amplia y de largo plazo. Durante este período, los jóvenes deben ser alentados a explorar, aprender y descubrir lo que les apasiona, en lugar de sentirse presionados para tomar una decisión definitiva. Además, la educación superior debería ser vista como una oportunidad para adquirir habilidades transferibles y conocimientos fundamentales, más que como una vía directa hacia una ocupación específica, la cual, además, seguro cambiará en el corto plazo gracias a la irrupción de tecnologías como la inteligencia artificial. Toma perspectiva.
Continuar estudios superiores y elegir una carrera es sólo un aspecto de la vida de una persona. La felicidad y el bienestar integral se construyen a partir de una variedad de experiencias y relaciones, no sólo del éxito profesional o académico. Es importante que los jóvenes y también sus familias reconozcan que una carrera gratificante es sólo una parte de una vida satisfactoria, la cual, además, se puede nutrir incluyendo una amplia variedad de experiencias de vida, como el compromiso cívico, las relaciones interpersonales sólidas y el crecimiento personal continuo. Una carrera no hace a las personas felices. Piénsalo.