Con la basura hasta el cuello
Urge tomar medidas urgentes para saber aprovechar aquellos desechos que terminan en rellenos y vertederos de las 4 provincias.
C aótico se aprecia el futuro, en el corto y mediano plazo, respecto al retiro y destino final de la basura en la Región de Los Lagos. En un extenso reportaje, en la edición Domingo de El Llanquihue, se aprecian sorprendentes situaciones, tales como el viaje de los desechos de Ancud hasta un vertedero de Los Ángeles, en el que la basura chilota acumula más de 1.200 km, ida y vuelta, sólo para encontrar su "destino final" en la Región del Biobío. En lo que respecta a Llanquihue y Osorno, durante la semana pasada se materializó un acuerdo que involucra a las asociaciones municipales, al Gobierno Regional (Gore), a la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para abordar la problemática. Es así como el BID le aportará a la Subdere 450 mil dólares para que priorice las regiones a respaldar, como Los Lagos, tal y como lo plantea el gobernador regional, Patricio Vallespín (Ind.), quien asevera que en el caso del relleno sanitario La Laja, de Puerto Varas, la idea es que avance en la reducción del uso de basura, así como reciclar y reutilizar, para luego implementar este modelo de manejo de los residuos y así disponer de centros de tratamiento integral en la región, de manera de dejar atrás a los rellenos. La importancia de reciclar y dejar en el pasado los vertederos, en pos de evitar la contaminación de napas subterráneas y reutilizar los desechos que pueden ser reciclados, es cada vez más evidente en Chile. Según la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR), el país genera casi 17 millones de toneladas de residuos sólidos al año, de las cuales solo el 10% se recicla. El resto va a disposición final, principalmente a rellenos sanitarios y vertederos, que emiten gases de efecto invernadero y pueden afectar la calidad del agua. La Ley de Fomento al Reciclaje busca cambiar esta realidad, estableciendo metas de recolección y valorización para seis productos prioritarios: aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, pilas, envases y embalajes, y neumáticos. Estos productos son de consumo masivo, volumen significativo y factibles de valorizar. Hoy es el momento de asumir los cambios para evitar una debacle ambiental.