Violencia contra las mujeres
Se debe persistir en la intensidad de las campañas para disminuir los ataques físicos o sexuales que sufren las mujeres.
La Organización Mundial de la Salud ha dicho que casi un tercio de las mujeres del planeta es o ha sido víctima de violencia física o sexual. Según la ONU, 736 millones de mujeres han sufrido ese flagelo a manos de una pareja u otras personas. Lo más alarmante es que el fenómeno no ha retrocedido en los últimos diez años y, por el contrario, se ha exacerbado. El 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, con el fin de llamar la atención de todas las personas sobre los ataques psicológicos y físicos que sufren, muchas veces en sus propios hogares.
En Chile, este año se registran 37 femicidios consumados y 192 en calidad de frustrados, pero a la vez se tramitan miles de causas en tribunales, por violencia de género. La Cuarta Encuesta Nacional de Violencia Intrafamiliar Contra la Mujer y Delitos Sexuales, que se realizó en todo el país a mujeres de entre 15 y 65 años, reveló que en los últimos años se agudizaron los ataques físicos y psicológicos contra ellas. La cuarentena por la pandemia, junto a los llamados que se realizaron para que las familias permanecieran en sus casas significaron, entre otros problemas, el aumento de los casos de violencia intrafamiliar.
Las autoridades han remarcado en forma persistente la importancia de realizar las denuncias respectivas mediante los canales correspondientes, que atienden las 24 horas. Pese a las insistentes campañas que se han desarrollado en los últimos años, los ataques a mujeres por parte de sus maridos, parejas o pololos no han cesado, incluso hasta llegar al femicidio, que es la forma más extrema de violencia y una muestra de que en algunos sectores de la sociedad todavía se cree que los hombres tienen derecho a controlar la vida de las mujeres. Factores como los celos, la incomprensión y la violencia se conjugan en la génesis del problema, primero como una agresión psicológica, para luego dar paso a los golpes y, en casos extremos, para terminar con una vida.
Es lamentable que la sociedad no ha sido capaz aún de mitigar o erradicar conductas tan dolorosas y terribles, como es la violencia, aunque se percibe que en la actualidad las mujeres identifican con más claridad lo que son aquellos ataques en el hogar, en el trabajo, en la escuela o en la calle y se atreven a denunciarlos. Esas conductas ya no se consideran "normales", como ocurría hace unas décadas, lo que revela que hay un lento cambio cultural.