Donación de órganos
Los números de Chile en esta materia aún están muy por debajo de la realidad de las naciones europeas.
La donación de órganos y tejidos es un acto voluntario y gratuito, por el cual una persona o su familia deciden cederlos para que sean extraídos e implantados en otra. Puede ser realizada por personas vivas que lo aportan a algún familiar, siempre que no altere el funcionamiento vital de su cuerpo, o por pacientes fallecidos, previa autorización de su entorno.
Sin embargo, tanto las cifras de donaciones como las de trasplantes en Chile son aún insuficientes. Según el Ministerio de Salud, en lo que va del año se han realizado 483 trasplantes de órganos -75 más que el año pasado-, mientras que 2019 fue el año de mayor número de trasplantes, con 533, pero luego la pandemia significó un retroceso, que recién ahora comienza a recuperarse.
El país tiene una baja tasa, que bordea los 10,4 donantes por millón de habitantes, mientras que en naciones europeas se superan los 30 donantes por millón de habitantes. En Chile, según la ley, todas las personas mayores de 18 años de edad son donantes, a menos que en vida acudan a una notaría y declaren la voluntad de no serlo. No obstante, la palabra final la tienen los familiares.
Los aportes están muy lejos de cubrir la demanda de más de 2.400 pacientes en lista de espera en el país, muchas de las cuales requieren de un trasplante para poder seguir viviendo. Si bien son muchas las personas que en vida expresan su decisión de que al fallecer donarán sus órganos, los familiares rara vez respetan esa determinación. En 2003, el 30% de los parientes se oponía a la cesión de órganos de sus seres queridos, cifra que en 2019 se elevó a 59%.
Es cierto que la muerte significa un padecimiento para las familias de los donantes y quienes esperan los órganos en momentos de suma complejidad, pero los procedimientos quirúrgicos para los trasplantes se han perfeccionado y la experiencia adquirida constituye, en todo el mundo y en el país, una alternativa válida para enfrentar enfermedades que de otra forma no tendrían curación posible, dado el deterioro del órgano y las condiciones del enfermo. La donación puede traer resignación e incluso de conformidad, cuando las familias ven que los órganos de su ser querido están contribuyendo a la prolongación de la vida de otra persona.