El consejero regional de la provincia de Llanquihue y presidente de la Comisión de Innovación, Cristian Vargas, destaca la inversión que se realizará para fomentar la marina mercante en la zona, en el marco del presupuesto regional que se aprobó para 2024

"Quiero extender un afectuoso saludo a toda la gente de mar, a los marinos mercantes desde la Región de Los Lagos hasta la de Magallanes, incluyendo a Puerto Natales", expresa Vargas, al explicar que la iniciativa de la que hace mención trata de un programa destinado a beneficiar a tripulantes y pilotos, consistente en la implementación de un simulador con estándares acordes a las exigencias marítimas.

Según comenta, este recurso será instalado en Puerto Montt y estará disponible de forma abierta y gratuita para todas aquellas personas que requieran realizar sus cursos, eliminando la necesidad de desplazarse hasta Valparaíso para efectuar este proceso.

Vargas señala que la inversión bordearía $570 millones y resalta que representa un hito significativo para la modernización y fortalecimiento de la marina mercante chilena. "No sólo simplificará los trámites y cursos requeridos por los marinos, sino que también contribuirá al desarrollo y la excelencia en la formación de profesionales en este ámbito crucial para el país", señala el consejero regional.

Además, sostiene que el simulador consolida a Puerto Montt como epicentro formativo de la industria.

cristian vargas, core de la provincia de llanquihue.

No es una imposición cuando los padres enseñan valores espirituales a sus hijos, que luego se transformarán en los cimientos de una conciencia rectamente formada, y de una voluntad fuerte; aunque muchos hoy en día pongan esto en duda.

Pero ¿qué es lo que la gente realmente quiere de la vida? ¿suficiente comida, una educación y unas posesiones materiales que nos hagan sentirnos realizados? Me parece que los humanos estamos acá, de manera prioritaria, para ser felices. La comida y la vestimenta son bienes necesarios, e incluso fundamentales cuando escasean. Sin embargo, son sólo elementos externos que no engendran una dicha duradera, pues la verdadera felicidad está fundamentada desde el interior de las personas y no en los asuntos físicos. Y esto último se olvida con demasiada facilidad, sobre todo cuando celebramos la Natividad de Jesús a través de un frenesí de compras y de materialismo inconducente.

El ser humano es un ente muy complejo, que tiene un cuerpo animado por un espíritu. Pero es un ser único. No podemos desunirlo y manejar separadamente cada una de sus partes de manera independiente, como si no estuvieran íntimamente ligadas. Por ello, hablar de la formación espiritual emancipándola de la formación humana en general, es un error. La formación espiritual se levanta sobre la base de una formación sólida en los otros aspectos humanos. Para educar el espíritu de una persona, es necesario formar la voluntad, la conciencia, la inteligencia y la capacidad de entregar amor. Sólo así se podrá resistir la debilidad de confundir amor con un apego por los objetos materiales.

En otras palabras, no se logra una vida plena si no se ha encauzado previamente la mente por el sendero de una sana y madura afectividad. No se pueden penetrar adecuadamente los misterios de la vida, sin el apoyo de una inteligencia aguda, sutil. Lógicamente, en todo ello es el espíritu que habita dentro de nosotros el que nos va guiando y el que nos entrega sus dones y conocimientos, para dirigirnos por el recto camino. Pero es necesario el concurso de una humanidad completa, que sea el cimiento sobre el cual pueda levantarse seguro el mundo espiritual. Lo físico es necesario, sin duda, más sin caer en una adoración por cosas tangibles, actitud contra la cual Jesucristo tantas veces se pronunció.

Al igual que nuestro cuerpo necesita de alimento para sobrevivir y desarrollarse satisfactoriamente, y debe ser cuidado en momentos de enfermedad, también la vida espiritual necesita de ese sustento y de esa atención. No darlos en la debida proporción y con la frecuencia adecuada causa destrozos en el alma: superficialidad, indiferencia, endurecimiento del corazón y deformación de la conciencia. En esta Natividad, cuidar nuestro espíritu es más importante que nunca.

"Me dijeron que faltaba uno (...)", señala el ministro del Deporte, Jaime Pizarro, a los presentes al momento de llegar a la inauguración del Estadio Arco Iris de Puerto Montt, ceremonia con la que terminó su visita realizada el viernes a la capital regional, ciudad en la que también recorrió el Estadio Bicentenario de Chinquihue, el club de remo Viento y Marea y Arena, además de efectuar una visita a Calbuco.

Al nuevo recinto llegó 10 minutos antes de lo pactado, a las 18 horas, por lo que tuvo tiempo de compartir, sacarse fotos y firmar balones con quienes lo solicitaron.

Tras ello, el papá del volante albo, Vicente Pizarro, como fue identificado por algunos menores, se dirigió al camarín, se vistió de corto y salió a jugar, como en los viejos tiempos, con la "6" en la espalda por el club Angelmó, junto al senador Fidel Espinoza (PS).

Ante la mirada incrédula de los asistentes a la ceremonia, el campeón de la Copa Libertadores mostró a los presentes que su talento sigue intacto. Tras jugar 20 minutos en el nuevo recinto deportivo, dejó la cancha en medio de los aplausos de la concurrencia y del saludo de quienes fueron sus compañeros. "Me sentí muy feliz de volver a jugar, en una cancha excepcional. Y no puedo dejar de agradecer al club que me dio la oportunidad", señaló al salir el ministro, quien inauguró en cancha el nuevo estadio puertomontino.

el ministro pizarro compartió equipo con fidel espinoza.