Sectores rurales sin agua potable
Amplias zonas alejadas de Puerto Montt llevan semanas sin una provisión adecuada. Urge una nueva mirada del problema.
Suena paradójico que en una región como esta, tierra de lluvias generosas, voluminosos lagos y caudalosos ríos, pueda haber miles de familias que, llegado el verano, tengan que enfrentarse a una aguda falta de suministro de agua potable, y más aún si se trata de zonas rurales, donde se supone hay una relación más amistosa del ser humano con la naturaleza. No obstante, nada más alejada de la realidad es aquella afirmación. Vastos sectores rurales de Los Lagos acumulan muchos años ya de déficit hídrico para las necesidades más básicas de sus habitantes y lo más inquietante es que, en el escenario de cambio climático e incremento de las parcelaciones que se ha producido desde la pandemia, tal carencia, en lugar de reducirse, irá creciendo con el paso de los años.
Este panorama explica la triste realidad que han sufrido, en las últimas semanas, miles de familias de áreas rurales de la comuna de Puerto Montt, que han resultado víctimas de la evidente falta de gestión del municipio, que no fue capaz de prever las dificultades que habría en la licitación del servicio de camiones aljibe; y del propio Gobierno, que asiste a un problema sanitario de enorme magnitud, que puede seguir escalando, sin dar señal alguna de preocupación. Con justa razón los pobladores, algunos de los cuales han protestado en sus zonas de residencia y otros afuera de dependencias municipales, exigen celeridad en la toma de decisiones. Pasaron la Navidad sin agua potable y aparentemente no hay muchas claridades acerca de una solución eficiente y oportuna en el corto plazo.
El municipio se ha escudado señalando que se detectaron irregularidades en la nómina de beneficiarios de la entrega de agua y que ello obligó a buscar otras empresas, con las evidentes dificultades que se generan en este tipo de licitaciones (menor presupuesto para las expectativas del sector privado). Al mismo tiempo, el Gobierno, luego de un cambio que se hizo el año pasado, ha deslindado responsabilidades en los propios municipios. En el medio de ambas explicaciones han quedado, desconcertados, quienes viven en los sectores rurales.
El mecanismo de reparto de agua potable en los sectores rurales, no sólo de Puerto Montt, evidentemente requiere de una revisión. Algo tan elemental no puede quedar sujeto a tantas imprevisiones.