A. nació en Ecuador y vive hace 20 años en Chile. Hoy reside en Puerto Montt. Trabaja en el sistema público y el miedo la paraliza a la hora de querer dar su identidad para esta nota con El Llanquihue. Según la profesional, hoy su país de origen atraviesa por una crisis idéntica a la que vivió Colombia a mediados de los '80, cuando el Cartel de Medellín arrasaba con todo a su paso: asesinando políticos, civiles y rivales del crimen organizado, para ser los líderes del tráfico de cocaína en el mundo, con Pablo Escobar a la cabeza.

Las crudas imágenes de ejecuciones de funcionarios penitenciarios e ingreso de encapuchados armados a un canal de TV y la toma de rehenes de periodistas y trabajadores impactaron al mundo entero, incluyendo a la familia de A., quien reside con sus padres y hermanos en Puerto Montt.

Sin embargo, gran parte de su parentela sigue en Ecuador, país que está bajo estado de guerra, según reportaron medios internacionales ayer. Y ese es hoy su temor. "Esto parte por la fuga de un narco. Se desató una guerra en el país y hoy todo es un caos. Se tomaron instituciones de educación y el símil de la salud primaria en Chile. Si bien hay muchas cosas que se pueden hacer a distancia, la salud está paralizada. Hay carreteras tomadas, avisos de bomba, etc.", cuenta la oriunda de Guayaquil.

¿Cómo el crimen organizado se subleva e intenta tomar el poder? "Los narcos tienen el control del país, no sólo por las policías, sino que también a los políticos. La corrupción es tremenda, no hay orden. El cambio político a derecha, con el actual Presidente, lo complejizó aún más", se lamenta A.

-¿Cómo ve el presente de Chile, con indicios de crimen organizado: secuestros, trata de personas, extorsiones, homicidios, etc.? ¿Puede ser Ecuador la máquina del tiempo y el futuro de Chile si no se toman acciones urgentes?

-En Chile aún hay respeto a las Fuerzas Armadas y se controla la seguridad, pese a todo. Sin embargo, la llegada de migrantes debería ser más controlada, por el tipo de personas que llega, con antecedentes penales. Aquí Puerto Montt lo percibo tranquilo, pero sé que no es lo mismo que hace 10 años atrás. Hoy Ecuador es otra cosa: avisos de bomba, degollados. Son como los tiempos de Pablo Escobar en Colombia.

"vacunas"

Otro elemento clave para A., y para otras fuentes consultadas por El Llanquihue, tiene que ver con el fenómeno de las "vacunas". En simple, esto consiste en que, por ejemplo, un negocio o una familia que pone en venta una casa u otro bien es amenazada por miembros de un grupo criminal, quienes exigen el pago de una suerte de tributo a cambio de no sufrir represalias. Así lo cuenta el chef Roy Gronow, quien trabajó en Cruceros Skorpios por cerca de seis meses, en 2018, antes de la pandemia del covid. Estos "vacunadores", sostiene Gronow, extorsionan incluso a vendedores ambulantes, que con suerte logran sumar 10 o 15 dólares al día de ganancia neta.

"Llega el fin de semana. Aparecen dos tipos armados, en moto, y le dicen 'Nos tendrás que pasar 25 dólares a la semana''. Y si eso no pasa, agrega, amenazan con no sólo asesinarlos a ellos, sino que a su familia, "incluso al perro, si es que tienen".

Para Gronow -quien hoy por motivos familiares retornó a la mitad del planeta-, un punto de inflexión en esta crisis tiene que ver con el proceso de dolarización que vivió el país a fines de los '90. En aquella ocasión la familias perdieron el poder adquisitivo de forma brutal. "De pasar a ganar un millón y medio de sucres, el cambio te lo transformó en 4 dólares al mes", explica, lo que trajo de la mano una pobreza gigantesca.

Pasó el tiempo, dice, y las políticas migratorias se fueron flexibilizando, en particular durante la Presidencia de Rafael Correa. "Ecuador se recuperó después de ese feriado bancario. Pero hay tal corrupción que no hay filtro para quien quiera llegar a este país. Hoy estamos cansados. Ustedes vivieron una época, como la de Pinochet. Y hoy el gobierno dijo que no va a negociar con terroristas. Se aplicará todo el poder militar y policial. Toda la ciudadanía esperaba eso. Si tú no puedes crecer en tu país, no puedes tener una forma de vida. O te mueres o te conviertes en delincuente".

Se esperaba "reventón"

Desde Quito, Iván Taco recibe la llamada de El Llanquihue. Su vínculo con Chile es a través de uno de sus hermanos, quien estudió en nuestro país. Hoy, con estupor aún, cuenta las horas de tensión que se viven en su tierra: "Nosotros sabíamos que esto era cuestión de tiempo. Lo del martes era algo esperable: el sistema carcelario colapsó, apareció el sicariato, el robo violento... Y ahora con Noboa como Presidente esto sumó otro nivel".

Taco cuenta que hace unos siete años la criminalidad tomó nuevos ribetes, con códigos ajenos a la delincuencia común. "Eran cosas de México o Colombia. Empezaron a aparecer cuerpos colgados en puentes, homicidios en calles, cobros de vacunas, etc.". Y ahora, sostiene, toda esa criminalidad adoptó una lógica de "empresa transnacional" del delito, sumado a las olas migratorias que movilizan a personas que cambian de país para realizar actividades ilícitas, como el narcotráfico.

"Esto es triste. Me siento impotente. Si a nivel político, entre todos los países, no se da un alto a esto, se va a complicar aún más. Para mí, la izquierda, hizo mucho daño al país en la época de Rafael Correa. Fue un cáncer que contagió todo. Incluso el delincuente ecuatoriano aprendió: ahora te asesinan por un dinero cualquiera. Antes eso no ocurría".

"Si tú no puedes crecer en tu país, no puedes tener una forma de vida. O te mueres o te conviertes en delincuente".

Roy Gronow, Chef que trabajó en la Región de Los Lagos durante 2018

Para entender el presente clima de inseguridad que se vive en Ecuador es importante señalar que la delincuencia común ha tenido un crecimiento sostenido en los últimos cinco años, evidenciándose un aumento considerable de los asesinatos y los delitos de alta connotación pública.

Sin embargo, el problema "mayor", y principal responsable de la desestabilización política actual, se ha generado por el actuar de grupos delictuales organizados, quienes -a través del asesinato y otros crímenes- han logrado controlar algunas zonas del territorio, alcanzado un importante poder económico a partir del narcotráfico y la minería ilegal, lo que les ha permitido corromper a funcionarios públicos en busca de protección en aras de alcanzar un poder de tipo estructural.

Al respecto, es importante recordar que el año pasado fue asesinado Fernando Villavicencio, quien era el candidato presidencial oficialista. Fue en ese crispado ambiente en el que Daniel Noboa llegó al poder, prometiendo devolver la seguridad a la ciudadanía a través de una política de tolerancia cero a la delincuencia y la no negociación con las bandas de crimen organizado, No obstante, y a pesar de que en su primer mes de gobierno cumplió con algunas promesas en materia económica, las respuestas en el ítem seguridad quedaron al debe.

Fue en ese contexto, en el que la amenaza de muerte que recibió la fiscal general provocó que el gobierno tomase la decisión de trasladar a una cárcel de alta seguridad a los cabecillas más importante de los grupos "Los Choneros" y "Los Lobos". Estos grupos, y a partir de la información entregada por colegas internacionalistas que viven en Ecuador, tienen el control no sólo de 9 de las 36 cárceles del país, sino también de algunos territorios y rutas de tránsito del narcotráfico, desarrollando un poder que ha condicionado por años la estabilidad de la democracia ecuatoriana.

Pues bien, antes de que se materializara el traslado, uno de los principales líderes de "Los Choneros" se fugó", lo que sirvió de justificante para que Noboa dictase un decreto de excepción constitucional a fin de posibilitar su recaptura y optimizar la lucha contra estos grupos.

Al tenor de este decreto, el mandatario declaró que en Ecuador había un "conflicto armado interno", mientras que desde la Asamblea Nacional se adoptó -en el caso de ser necesario- el compromiso de indultar y/o amnistiar a policías y militares que lucharan contra los grupos criminales organizados, posiciones que -por sus potenciales interpretaciones- han abierto una puerta muy difícil de cerrar.

Así entonces, la crisis de seguridad que se vive en Ecuador ha evidenciado la débil calidad de su democracia, la pérdida sistemática del Estado de Derecho, el empoderamiento de bandas criminales y el asentamiento de la corrupción.

"El problema mayor, y principal responsable de la desestabilización política actual, se ha generado por el actuar de grupos delictuales organizados"